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Segundo semestre 2017
Pueda esta última definición parecer ideal, pero si uno la lo-
gra mirar por partes, se dará cuenta de que no es más ni me-
nos que la aplicación de cualquier sistema integrado de gestión
donde la calidad, la seguridad, el medio ambiente y la produc-
tividad se combinan de manera sistémica para generar un pro-
ducto. Lo que pasa es que como definición parece rimbomban-
te, pero en la práctica es lo más cercano a la visión moderna de
la ejecución del trabajo.
Entonces, tenemos un camino avanzado en la respuesta plan-
teada. Podemos decir primero que la seguridad no depende en
sí misma del autocuidado (sin ser peyorativo), sino que depen-
de del conjunto de normas y procesos definidos para su ejecu-
ción que la organización de manera formal e informal establece.
En consecuencia son los hechos objetivos los que determinan el
cómo hacer las cosas y no el instinto o la buena intención. Por
añadidura será entonces frente a un accidente cuando las medi-
das de control deben ser objetivas y precisas, tal como sus cau-
sas, quedando como respuesta que el autocuidado no debe es-
tar ubicado dentro de estas, pues cada vez que falle será su res-
ponsabilidad y claramente no se habrá atendido a la causa real
del evento adverso.
Como conclusión puedo expresar que el aporte del autocui-
dado es de índole emocional, tiene que ver con las motivacio-
nes y su canalización correcta, pero mientras estas no estén vin-
culadas a un proceso sistémico, solo serán buenas intenciones.
En consecuencia, su aporte es marginal en la medida que no se
transforma en una conducta responsable, primer eslabón de
una cultura responsable.
de la percepción de autocuidado de cada uno
como será enfrentado.
Una segunda definición más clásica y ligada
a la prevención de riesgos nos dice que “la se-
guridad es el resultado de un trabajo bien he-
cho”. En base a esto podríamos decir con me-
ridiana certeza que mientras los resultados
nos muestren la inexistencia de incidentes (ac-
cidentes con lesión o daño material, cuasi in-
cidentes, fallas operacionales) el uso del au-
tocuidado fue exitoso, pero ocurriendo una
desviación que provoque un incidente la re-
sultante sería la inexistencia o insuficiencia del
autocuidado. Pareciera ser una mirada simple
o literal, pero es lo que indican los documen-
tos examinados como son las investigaciones
de accidentes y las indicaciones propuestas
tanto por las organizaciones (empresas) o en-
tes fiscalizadores tantos estatales como Mu-
tualidades.
Una tercera definición tiene que ver con lo siguiente: “La se-
guridad es la acción sistémica de una organización, basada en la
definición de objetivos, metas, recursos, planificaciones mayo-
res y menores, procesos definidos y ordenados, liderada y se-
cundada por equipos de personas que respetan las normas y
procedimientos, entregando un resultado esperado”. Esta defi-
nición de por sí holística –que la recopilé en mi época de estu-
dio– queda fuera de la mirada del autocuidado, pues en el fon-
do plantea una mirada sistémica, no individual. No es la búsque-
da de caminos acomodaticios, sino que base a una estructura
normativa generada en la integración de líderes y liderados, ca-
paces de diseñar un modelo de ejecución de tareas de mane-
ra reglada que en el fondo se traduce en cultura. No queda al
amparo de una decisión instintiva, sino es fruto del análisis, de la
evaluación y de la definición conjunta de procedimientos.
La seguridad no depende en sí misma del
autocuidado sino del conjunto de normas
y procesos definidos para su ejecución
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