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Primer semestre 2017
La seguridad y la salud en el trabajo ha sido, históricamente, una
disciplina en la que la regulación legislativa ha marcado la pauta
de las actuaciones a acometer por buena parte de las empresas.
Así, los sucesivos preceptos legislativos introducían la necesidad
de acometer identificaciones de peligros, evaluaciones de ries-
gos, higiénicas y ergonómicas y un largo etcétera.
Algo similar ha ocurrido con la legislación en el ámbito de los
accidentes graves –normativa SEVESO o COMAH, en Europa–,
que incluía la necesidad de acometer estudios de seguridad, cál-
culo de efectos y consecuencias, análisis cuantitativos de ries-
gos y evaluaciones como HAZOPs, What if, FMECA, etc. Las
empresas, por su parte, iban acometiendo los diferentes estu-
dios y evaluaciones con personal propio o con consultoras ex-
ternas, un gran esfuerzo que, pese a todo, no evaluaba en qué
medida repercutía en la mejora real de la seguridad y salud de
los trabajadores.
Desde bien entrada la década de los 90 se hicieron hueco
en corporaciones industriales multinacionales distintas iniciati-
vas de carácter voluntario, cuyos esfuerzos se centraban en la
mejora de los índices de siniestralidad y en la mejora de la se-
guridad: los Programas de excelencia en la Gestión de la Segu-
ridad y de Seguridad Basada en el Comportamiento (SBC). Es-
tos programas no competían con los estudios acometidos para
cumplir la ley, sino que los complementaban, con lo que la ges-
tión de la seguridad funcionara, fuera útil, además de cumplir
con la legislación.
Transcurridos unos años desde que uno y otro enfoque coe-
xisten, se están produciendo novedades de relevancia:
a) La nueva orientación “resultadista” de la legislación, que
cada vez más establece como principal obligación del em-
pleador la de evitar daños a la seguridad y la salud de los tra-
bajadores y de las comunidades limítrofes.
b) Un cierto estancamiento de las metodologías de SBC en la
relación con la siniestralidad laboral, que hace necesario su
reformulación para que no pierdan su eficacia.
c) La necesidad de aplicar metodologías centradas en el tra-
bajador como potencial generador de accidentes no sólo la-
borales, sino también catastróficos, lo que abre una vía en-
tre la seguridad y salud en el trabajo y la seguridad industrial.
Experiencias
INERCO ha desarrollado diferentes experiencias dentro de
este nuevo enfoque tanto en Europa como en Latinoamérica,
con notable éxito:
Nuevos programas de Seguridad Basada en el Comporta-
miento:
los programas de SBC han demostrado su utilidad
manifiesta para la reducción de accidentes. Sin embargo, su
implantación está adoleciendo en muchas ocasiones de falta
de adaptación tanto a la realidad de la empresa como a la evo-
lución de la siniestralidad. Ello está llevando a un nivel base de
siniestralidad que cuesta mucho reducir en empresas con este
tipo de programas.
Nuestra visión de los programas de SBC parte un diagnóstico
anual, que permita conocer en qué punto se encuentra la ges-
tión de la seguridad de la empresa, sus prioridades a atender y
sobre qué elementos debemos incidir para reducir la siniestrali-
dad, evitando repuntes.
Experiencias de INERCO en Latinoamérica en
materia de factor humano para reducir la
siniestralidad laboral
Pablo M. Navarro
Ingeniero Industrial. Responsable SST de Grupo INERCO