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Primer semestre 2016
Encuestas
Otro tipo de análisis, de igual o mayor importancia, son los ba-
sados en encuestas a empresas y trabajadores realizadas por
organismos oficiales. Tales estudios reflejan lo que todos de al-
gún modo u otro observamos en nuestro día a día: en el mundo
laboral y de forma generalizada, desde la aprobación de la ley
existe una mayor atención y actuación en el ámbito de la pre-
vención de riesgos, concretándose en la adopción de más y me-
jores medidas preventivas para el control del riesgo.
Más allá del interés sobre estudios de la incidencia de la ley
en el conjunto de la población trabajadora de España, cada or-
ganización debería hacerse y responderse a sus propias pregun-
tas: ¿Cómo ha mejorado en los últimos 20 años la responsabi-
lidad de la dirección y la gestión de la prevención de riesgos la-
borales en nuestra organización? ¿Qué nivel de integración de
la actividad preventiva se ha logrado? ¿Ha incidido en una me-
jora efectiva del control de los riesgos? ¿Cómo ha evolucionado
en ese período de tiempo la siniestralidad? Ese trabajo debe ha-
cerse de forma individualizada por cada organización ya que na-
die puede hacerlo por nosotros.
Animamos a que en los planes de empresa para la promoción
de la seguridad y salud, para este final de año, en el que se cum-
ple el 20 aniversario de la ley, o en los venideros, se incluyan ac-
tividades para reflexionar sobre éstas y otras cuestiones y que se
realicen con todos los agentes y partes implicadas. Será de gran
interés comparar la realidad actual de la empresa en prevención
con la del año 1995. Y siempre con el mismo objetivo: trabajar
juntos para un futuro con puestos de trabajo más seguros.
palmente una atención desmesurada a los aspectos formales
de cumplimiento y a restar fuerza a la gestión eficaz y eficien-
te del riesgo.
La principal preocupación de los trabajadores es el cumpli-
miento real y efectivo de la ley, que en la práctica se traduce en
lograr controles eficaces de los riesgos en sus puestos de tra-
bajo. Por tanto, la mejora principal reclamada no es tanto en el
contenido de la ley si no en su aplicación.
Gestión
Desde el punto de vista de la gestión se han introducido me-
joras relativas a la importancia de la integración de la actividad
preventiva en la empresa (modificación del artículo 14.2 por la
Ley 54/2003) así como otros temas conceptuales sobre el plan,
la evaluación y la planificación (modificaciones del artículo 16.1
y 16.2 por la Ley 54/2003).
Son de destacar las sucesivas modificaciones de la dimensión
máxima de la empresa para que el empresario pueda asumir
personalmente la prevención. Establecida inicialmente en 5 tra-
bajadores, se aumenta en primer lugar a 10 trabajadores (modi-
ficación del artículo 30.5 por la Ley 25/2009) y más adelante a
25 (modificación del artículo 30 por la Ley 14/2013).
Es muy positiva la aprobación de dichas modificaciones ya
que apuntan a una mayor integración de la prevención. Tras 20
años deberían introducirse nuevas mejoras que eliminen obstá-
culos a dicha integración y que clarifique y simplifique las obli-
gaciones preventivas.
Siniestralidad en España
¿Y qué ha sucedido con la siniestralidad en España desde la
aprobación de la ley? En España, en el año 1995, fecha de apro-
bación de la ley, el número de accidentes con baja declarados
en jornada por cada cien mil trabajadores (índice de incidencia)
fue de 6.060. Desde ese año ese índice sufrió un aumento pau-
latino (cuestionando algunos por la efectividad de la ley) alcan-
zando un índice máximo de 7.558 en el año 2000. Desde en-
tonces sufrió una disminución hasta el año 2012 (drástica a par-
tir del año 2007).
Durante el año 2012, el índice de incidencia bajó hasta 2.949.
Del año 2000 al 2007, el índice disminuyó un 22% y del 2007 al
2012 un 50%. En los años 2013 y 2014 el índice de incidencia se
mantuvo prácticamente estable (ligeros aumentos del 2% y el
3%, respectivamente) alcanzando en el 2014 un valor de 3.111.
No obstante, es difícil obtener conclusiones de la simple ob-
servación de la evolución del índice de incidencia de los acci-
dentes con baja. Debería estudiarse con profundidad la posible
influencia de otras variables como las etapas de aceleración o
desaceleración de la economía, la temporalidad de los puestos
de trabajo, la regulación de las condiciones y causas de despido,
las variaciones en la población trabajadora (inmigración), la evo-
lución de los accidentes sin baja, etc. Aún siendo difícil avanzar
en estos análisis, sí que consideramos que debería trabajarse en
ello con mayor intensidad.
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