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Primer semestre 2017
mente, la severidad del accidente habrá influido en esta percep-
ción. Evidentemente, no podemos basar esta hipótesis como
fundamento práctico en nuestro día a día. Debemos enseñar a
percibir los riesgos y no que lo haga la experiencia con sus artes.
El modelo de aprendizaje de los adultos no solo está basa-
do en la adquisición de conocimientos, sino también en el de-
sarrollo de habilidades y comportamientos seguros. La forma-
ción tradicional está cambiando, utilizando métodos cada día
más participativos e interactivos. Además, ésta debe comple-
tarse con el
coaching
para conseguir mayores cotas de eficien-
cia, ayudándonos a identificar las metas a alcanzar, aprovechan-
do las fuerzas que nos empujan hacia ellas y dominando las que
nos frenan.
En base a lo comentado hasta el momento, la percepción
del riesgo se presenta como un factor imprescindible a la hora
de concretar la compleja gama de conductas que pueden sur-
gir ante enfermedades o situaciones peligrosas en los múltiples
contextos en los que está inmerso el trabajador. En definitiva,
la percepción que tienen las personas de sufrir un accidente es
crucial a la hora de explicar el por qué los individuos se implican
en la realización de conductas en las que su salud puede verse
seriamente afectada.
Para finalizar me gustaría demostrar la confianza que de-
posito en el
coaching
como vehículo transportador de ideas y
motor del cambio de la cultura preventiva en las empresas re-
cordando que el pasado 22 de noviembre se celebró una for-
mación gratuita que se pudo disfrutar presencialmente o en
streaming
a través de la web
http://changingyourprevention.
acciopreventiva.com/cidos por las empresas. Sin ellos la rentabilidad de sus inversio-
nes en materia preventiva nunca podrá conseguir cotas de efi-
ciencia, pues tendrá constantes fugas de recursos no optimiza-
dos fruto del no alineamiento del trabajador y/o mandos con
los criterios de la compañía.
Para actuar sobre las áreas de comportamiento, generan-
do en los mandos y trabajadores buenos hábitos preventivos y
proactividad, el
coaching
es una gran herramienta.
Como decía mi buen amigo Peter Tarlow hace quince días en
La Habana en la conferencia que impartimos conjuntamente en
el XXVIII Congreso Panamericano de la CONPEHT:
“Percibir
es adelantarse al suceso, adelantarse a lo que nos puede pasar.
Determinar lo que puede ser una amenaza a nuestra seguridad
y salud laboral para tomar postura proactiva”.
La percepción preventiva puede ser considerada fundamen-
talmente como un conjunto de procesos de codificación a tra-
vés de los cuales se genera en el observador una represen-
tación mental del medio que le rodea. Percibir es adelantarse
al suceso, a lo que nos puede pasar; determinar lo que pue-
de ser una amenaza a nuestra seguridad y salud; y tomar con-
ciencia e interpretar el entorno, incluyendo los riesgos deriva-
dos del mismo.
La percepción del riesgo y en particular su procesamiento es
una evaluación probabilística, es determinar la probabilidad de
que un suceso amenazante se materialice, pase de latente a ma-
nifiesto, y además la valoración de las consecuencias para la sa-
lud del trabajador. Primer paso para percibir un riesgo como tal:
reconocer la situación determinada como amenazante.
¿Qué factor determina la percepción del riesgo?:
la informa-
ción que tengamos de la situación. No es posible percibir si no
estamos informados. En función de lo que sepamos del riesgo,
pasaremos de la no percepción a la percepción. Sin embargo,
todas las personas no percibimos el riesgo de la misma forma y
ésta es la cuestión determinante: ¿cómo conseguir que un riesgo
sea percibido de la misma forma?
Un trabajador que ha sufrido un accidente, muy probable-
mente sea más sensible a la percepción de los riesgos. Y obvia-
De trabajar bien el parámetro de la
mejora de la percepción del riesgo,
conseguiremos disminuir los índices de
incidencia
formacion en prl y coaching preventivo