34
Primer semestre 2017
prl en Trabajos en altura y construccion
Evacuación y rescate
Como he comentado antes, cuando formamos y equipamos a
un trabajador debemos de pensar en una posible evacuación y
rescate. Sin entrar en mucho detalle, el entrenamiento y los EPIs
deben de enfocarse en tres situaciones:
Rescate en la escalera. Si un trabajador queda inconsciente
en la línea de vida de la escalera otro compañero debe de ser
capaz de evacuarle en menos de 20 minutos. El riesgo aquí es
el síndrome del arnés.
Rescate en el exterior de la nacelle. Si un trabajador accede al
techo y cae (quedando suspendido en el aire por uno de los la-
dos), otro compañero deberá de rescatarlo. Si el accidentado
está inconsciente, se le descenderá de ma-
nera progresiva con un evacuador o des-
censor de emergencia. Si está consciente,
se le traerá de vuelta al techo.
Evacuación de la nacelle. Si hay un fuego
por debajo de ésta, ya sea en algún tramo
de la torre o en el
ground
, habrá que eva-
cuar con el descensor de emergencia. En
esta situación hay que tener en cuenta va-
rios factores como número de personas,
posibles nudos en la cuerda, longitud del
descensor vs. altura de la torre, etc.
En general, las empresas dedicadas al
rubro eólico controlan todos estos aspec-
tos, pero aquellas que priorizan auditar
y realizar visitas al terreno continuas son
las que probablemente estén más cerca
del objetivo de cero accidentes. La pre-
gunta que hay que hacerse para no alejar-
se de la realidad es ¿cómo lo estamos ha-
ciendo?
Siempre que se trabaje sobre fibra. La nacelle es una
carcasa de fibra de vidrio que rodea una estructu-
ra metálica denominada bastidor. Si los trabajadores
tienen que posicionarse sobre ésta, deben de per-
manecer anclados a un punto fijo.
Al abrir la trampilla del polipasto. Cuando usan este
aparejo motorizado queda un espacio abierto para
que pasen las sacas con herramienta.
Si se cambia un gran componente de la nacelle.
Cuando esto sucede, la mitad superior de la nacelle
se retira y los trabajadores quedan al descubierto.
Cuando progresan por la escalera o si usan un ele-
vador guiado por sirgas.
Volviendo a los riesgos en altura, no nos podemos ol-
vidar de la
caída de objetos
. Hay tres situaciones que
podríamos destacar sobre el resto:
Uso de tecle o polipasto. Cuando necesitan subir o
bajar herramientas y/o equipos, abren una trampilla
en la nacelle que deja al descubierto un hueco con una caí-
da equivalente a la altura del aerogenerador. Utilizan una ca-
dena traccionada por un motor que dispone de un gancho
donde aseguran la carga. Ésta siempre debe de elevarse en
sacas homologadas. En esta actividad es de vital importan-
cia el viento, el balizamiento, la carga máxima, la orientación
de la nacelle respecto al viento y la correcta comunicación
entre los trabajadores que están arriba y los de la base. Una
caída de objetos en esta operación puede tener consecuen-
cias fatales.
Trabajos en el techo de la nacelle. En algunas tecnologías
de aerogeneradores se debe salir al exterior para chequear
el anemómetro, la baliza y/o la
veleta. Se debe de elaborar un
buen procedimiento de salida:
dónde se deben anclar, la veloci-
dad del viento, cómo progresar
por el techo o cómo asegurar
la herramienta al cuerpo son los
puntos clave en este caso.
Ascenso y descenso por la es-
calera de la torre, tanto en la
subida/bajada como en los tra-
bajos en alguno de los tramos
de la torre (por ejemplo, en el
cambio de luminaria, se debe
de asegurar la herramienta de
mano al arnés). Además, es de
vital importancia ir cerrando
las trampillas que separan es-
tos tramos para que en caso de
caída, el objeto no alcance a un
trabajador posicionado en nive-
les inferiores.