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Segundo semestre 2017

Años atrás resultaba extraño que en Guatemala se hablará de

salud y seguridad ocupacional. Sin embargo, actualmente se ha

convertido en un tema recurrente y de sumo interés para los

profesionales que intervienen en los procesos de producción

de todo tipo de empresas en el país, sobre todo porque de-

ben atender y hacer cumplir el reglamento 33-2014 y su refor-

ma efectuada en 2016.

La base de esta normativa es el “Reglamento general sobre

higiene y seguridad en el trabajo” existente desde 1957, el cual

contiene diversos acuerdos adquiridos con la Organización In-

ternacional del Trabajo (OIT) y que durante mucho tiempo no

tuvo el respaldo necesario en el ámbito empresarial guatemal-

teco.

Implementación

La implementación de la cultura de salud y seguridad ocupacio-

nal era escasa y no se le dio la importancia que nos llevaría a te-

ner lugares seguros para laborar. Años más tarde surge la pre-

ocupación de las autoridades al percatarse del incumplimien-

to en que se incurrió con los acuerdos firmados con la OIT.

Sin embargo, no es hasta el año 2014 cuando entra en vigencia

un nuevo reglamento ligeramente modificado y con ambigüe-

dades. Se hace necesario entonces realizar una nueva revisión

permitiendo modificaciones las reformas oficialmente publica-

das en el año 2016.

Es así como el sector empresarial y productivo retoma con

mayor interés el tema de la salud y seguridad ocupacional para

sus colaboradores, otorgándole la importancia que el tema

amerita no solo por el simple hecho de cumplir un requisito le-

gal y administrativo con la intención de mermar las posibilida-

des de resultar sancionados por su incumplimiento, sino por-

que en realidad acarrea beneficios para sus colaboradores, tra-

duciéndose en ganancias para los procesos productivos propios

de cada empresa logrando, a su vez, mejor relación entre em-

pleado y empleador y mayor compromiso de quien desempeña

su labor en condiciones adecuadas de trabajo.

Este panorama se convierte en el modelo ideal al que todos

debiesen aspirar, aunque también se debe mencionar la exis-

tencia de empresas renuentes a implementar este modelo de

reglamento y que lo hacen por el resultado adverso que llega-

rían al implementarse las medidas coercitivas en reprimenda a

sus acciones. Dicho esto, se comprende que los cambios o re-

formas toman un papel preponderante en la cultura de salud y

seguridad ocupacional en la que debe estar inmersa toda la po-

blación, porque en cualquier momento puede pasarse del rol

de empleados al de empleadores y comprender que toda per-

sona merece ambientes de trabajo cada vez más seguros y sa-

ludables.

Importancia

Cuando las instituciones dan a la salud y seguridad ocupacio-

nal la importancia que merece, inician y apoyar todas las accio-

nes que impliquen mejoras continuas, pues comprenden que

la implementación de las normas será de beneficio para todas

las partes, aunque se hará necesario crear conciencia y conven-

cer sobre este concepto a un buen número de empresas, sobre

todo aquellas de capital reducido, que no conciben este con-

cepto e insisten en considerarlo un gasto innecesario y no una

necesidad.

Lamentablemente, es alto el número de empleadores y em-

pleados con esta visión errada. Muchos de ellos prefieren man-

tener prácticas inadecuadas que conllevan a riesgos innecesa-

Salud y seguridad ocupacional en Guatemala

Telma Lucrecia Hernández de Velásquez

Vicepresidenta de la Asociación de Medicina del Trabajo de Guatemala (ASOMET)

La salud y seguridad ocupacional no es

estática: es cambiante y necesita de una

verdadera vigilancia