Fsl-LATAM 005

76 Primer semestre 2018 seguridad laboral en el sector transporte La OIT en el año 2003 ha indicado que la violencia sufrida por estos trabajadores es inaceptable, y que tanto los emplea- dores como el Estado tienen la obligación legal de proteger a su personal. En estudios realizados en la Región Metropolitana por la Su- perintendencia de Seguridad Social (SUSESO) en conjunto con una mutualidad para determinar la violencia y el maltrato de los conductores de los buses del transantiago, con una mues- tra de 279 conductores, a los cuales se les realizó la siguiente pregunta: ¿ha sido víctima de o ha sufrido un hecho en los últi- mos 6 meses? Las respuestas más mencionadas son: 1. Que un pasajero lo insulte (81%). 2. Amenaza verbal de un pasajero (65%). 3. Que un pasajero lo humille o se burle de usted (59%). Lamentablemente, esta situación ocurre en forma constante y diaria. Estos efectos de la violencia física y la agresión verbal pueden afectar en diversos ámbitos de la vida de las personas, en especial en su sa- lud mental y física y en general en su ca- lidad de vida y en aspectos diversos (en lo laboral, familiar, social e individual). En consecuencia, el impacto y costos deriva- dos de la violencia no sólo se pueden esti- mar desde la perspectiva de las empresas y del sistema de transporte público, sino también en distintas esferas de la socie- dad (salud, economía, entre otros). Cómo podemos resumir lo que ocurre: -La poca sensibilidad en el transporte pú- blico es una constante y se observan una serie de conductas por parte de los usuarios/clientes y conductores que se constituyen en un factor de riesgo para la agresión. -Las causas de la violencia son diversas, tales como la naturalización de la vio- lencia en la sociedad y la modificación de las formas de relación entre usuarios y conduc- tores con el sistema de transporte que ope- ra actualmente, entre otras. -Escasa notificación y denuncia, tanto de la violencia como de los hechos constitutivos de delito; esto se explica por una percep- ción de impunidad por parte de este tipo de hechos y los procesos para denunciar ante la autoridad policial se perciben como en- gorrosos/complejos sin resultados efectivos que garanticen que no se volverán a repetir. -Escasa seguridad pública para controlar he- chos al interior de los buses del transporte público. -Falta de campañas preventivas respecto de la violencia y deli- tos que ocurren a diario en el transporte público. ¿Cómo podemos enfrentarlo?: -Establecer sistemas de medición permanente de la violencia y las agresiones en el sistema de transporte público. -Desarrollar políticas preventivas desde el Estado. -Implementar sistema de sanciones de conductas violentas y de agresión tanto a trabajadores como usuarios. -Desarrollar campañas educativas de sensibilización respecto de las conduc- tas de los usuarios con nuestros con- ductores, desde colegios, universidades y medios de comunicación masivos que puedan ser recibidos por la ciudadanía. -Generar planes de control coordina- dos con la seguridad pública (policías) respecto de hechos delictuales en for- ma permanente. -Incluir dentro de los procesos de for- mación de conductores, tópicos tales como: 1. Psicología de emergencias. 2. Canalización de ansiedad. 3. Autocuidado. 4. Responsabilidad legal como conduc- tor profesional, entre otros. -Diseñar protocolos ante emergencias de agresiones entre las empresas con las mutualidades, intendencia y policías. Existe una escasa notificación y denuncia, tanto de la violencia como de los hechos constitutivos de delito

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