Los datos. Según cifras de la Organización Internacional del Trabajo, en América Latina menos del 18% de la fuerza laboral trabajaba desde casa antes del brote de la pandemia por Covid-19, cifra diametralmente opuesta al guarismo a inicios de la crisis sanitaria, llegando a un 96% las organizaciones de la región que recurrieron a métodos de teletrabajo, a medida que empleadores y empleados buscaron formas de mantenerse productivos y seguros en medio de la pandemia.
Actualmente, alrededor del 83% de las empresas considera mantener a su personal en esquemas híbridos de trabajo (presencial y remoto) y, aproximadamente, dos tercios de ellas han proporcionado a sus colaboradores los medios necesarios para realizar su labor en el domicilio, debido a que el teletrabajo ha demostrado ser una forma efectiva de reducir costos empresariales, mejorar la productividad y aumentar la flexibilidad laboral.
El desafío
Uno de los principales desafíos a superar en Latinoamérica es la brecha digital, puesto que muchos trabajadores no tienen acceso a la tecnología necesaria para realizar su labor de forma remota y, adicionalmente, algunos de ellos han reportado problemas relacionados con el aislamiento social y la falta de interacción cara a cara con sus compañeros, debidos a nuestra idiosincrasia latina.
Desde otra perspectiva, dada la creciente tendencia al trabajo remoto, se ha incrementado exponencialmente el riesgo de ataques cibernéticos y la explotación de vulnerabilidades en la infraestructura tecnológica, que ahora debe soportar la conexión de dispositivos móviles directamente a la red empresarial, aumentando la superficie expuesta. Hay que considerar que los ataques de ingeniería social son una amenaza real y en aumento en Latinoamérica, estimándose exitosos cerca de un 70% de estos, al valerse del uso de técnicas cada vez más sofisticadas de impersonation, phishing, smishing y vishing.
Es primordial implementar medidas de seguridad informática, como el uso de tecnologías de cifrado y autenticación; por una parte, el cifrado protegerá la información confidencial cuando se transmita a través de la internet, mientras que requerir múltiple factor de autenticación proporcionará una capa adicional de seguridad para evitar el acceso no autorizado a la información, tanto personal como corporativa.
Por lo anterior, establecer políticas, procedimientos y controles, debe ir alineado con la formación y capacitación de los colaboradores en temas de ciberseguridad, brindándoles las herramientas para construir una cultura empresarial, donde todos asuman la responsabilidad de proteger la información, identificando y previniendo cualquier posible amenaza o riesgo a la seguridad informática.
