El Registro Único de Situaciones de Emergencias de la Ciudad de México, reporta que el 24.14% (que representa 7060 casos) fueron emergencias por fenómenos químicos tecnológicos (fuente: Atlas de Riesgos de la CDMX, RUSE).
Las siguientes organizaciones mexicanas (Comité Nacional Permanente de Peritos en Prevención e Investigación de Incendios del Colegio de Ingenieros Mecánicos y Electricistas, A.C. y el Consejo Nacional de Protección Contra Incendio, A.C.) mencionan en la publicación de febrero 2020 un análisis a nivel nacional, con datos del 2016, las cifras mostradas en los gráficos que ilustran este artículo.
También se mencionan las causas de ocurrencia del 84% de los eventos del análisis anual del 2016.
Como podemos ver, la prevención de incendios en todo sector –incluyendo el de la industria de la construcción– es una estrategia que pagará, pues al aplicar con mayor rigor las medidas de prevención de riesgos, dará el beneficio de aumentar las posibilidades de tener un proyecto de construcción seguro. El presupuesto de obra siempre ha tenido importancia, sin embargo, en estos tiempos donde las restricciones económicas debido al impacto de los factores sanitarios mundiales que hemos estado viviendo, nos debe obligar a mantener una visión no solo de ahorro, sino de un comportamiento en toda la organización para evitar pérdidas.
¿Quién es el responsable de la seguridad?
En estos días donde hemos puesto en prácticas medidas de autoprotección como lavarse las manos, usar mascarilla. El distanciamiento social nos ha hecho comprender que la seguridad sanitaria no solo es responsabilidad del gobierno, ni del empleador, ni personal, sino de todos. Aplicando esta directriz en la seguridad de un comportamiento interdependiente, la seguridad es responsabilidad de todos: todos tenemos la oportunidad de prevenir un accidente, de prevenir un incendio, en este caso, por la ejecución de un trabajo en caliente.
Ya casi es de dominio público la definición de un trabajo en caliente. Acordemos para fines del presente artículo la siguiente acepción: toda actividad realizada en un sitio que no está diseñado para ejecutar trabajos de soldadura, corte o desbaste y exista la posibilidad de originar un incendio.
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