Todos los días estamos enfrentados a la contaminación auditiva sin percatarnos. Teniendo en cuenta que no solo proviene del ruido, sino que también podemos estar expuestos a sustancias químicas que disminuyen la audición y su efecto es menos evidente, resulta difícil ser analizado, debido a la sinergia que se pueda presentar entre la exposición al ruido y a productos químicos denominados ototóxicos, pudiendo ocasionar pérdida auditiva o problemas en el equilibrio, como lo son algunos pesticidas, solventes, gases, metales, nitrilos y fármacos, entre otros, que han sido analizados en diversos estudios científicos, relacionando su lugar de acción, como puede ser el córtex, cóclea, nervio auditivo y vestíbulo.
Efectos
Cuando los trabajadores están expuestos a estos productos químicos mientras están laborando en entornos con niveles de ruido altos, el riesgo de pérdida auditiva (daño temporal o permanente, dando lugar a una fragilización del oído interno o a nivel retrococlear) es más elevado. También depende del nivel de ruido, del tiempo de duración de la exposición, la frecuencia, la dosis de la sustancia química y factores individuales como enfermedades de base, hábitos y la edad. La exposición a estos productos químicos puede dar lugar para afectar tanto el sentido de la audición (ocasionando hipoacusia neurosensorial, acúfenos, náuseas, vértigo o ataxia) como al del equilibrio.
Se puede presentar la exposición a sustancias ototóxicas a través de: absorción por la piel, ingesta e inhalación, produciendo daño en la parte central del sistema auditivo, ocasionando que los sonidos deban ser más altos y menos claros, lo que se traduce en una alteración en diferenciar los sonidos del habla, como lo son:
1. La distorsión del sonido.
2. No poder diferenciar dos sonidos con frecuencias similares.
3. No poder detectar intervalos de tiempo entre sonidos.
4. No poder ubicar los sonidos en el medio.
La prueba que se realiza para valorar la capacidad auditiva es la audiometría, en la cual se evidencian las deficiencias en la audición por medio de los cambios del umbral auditivo. Pero esta herramienta presenta un inconveniente muy grande y es que por medio de su aplicación no se puede diferenciar si la causa de la deficiencia auditiva es la exposición a ruido o al producto ototóxico, teniendo así que aplicar controles en los dos objetivos a disminuir. Así como lo refieren los estándares de la OSHA: “requiriendo que los empleadores mantengan las exposiciones a una determinada sustancia por debajo del límite de exposición permisible”. Sin embargo, los efectos sinérgicos de la exposición combinada a productos ototóxicos y a ruidos pueden causar pérdida auditiva, aun cuando las exposiciones estuvieran por debajo del límite de exposición permisible”.
Clasificación
Se pueden clasificar los productos ototóxicos como neurotóxicos, cocleotóxicos y vestibulotóxicos, según el segmento del oído que lesionen. Pueden llegar al oído interno por medio de la circulación sanguínea causando lesiones en las partes internas del oído y las vías auditivas.
Los productos cocleotóxicos afectan principalmente las células ciliadas de la cóclea, siendo las células que actúan como receptores sensoriales y pueden dificultar la capacidad para oír.
Los productos neurotóxicos son ototóxicos cuando dañan las fibras nerviosas que intervienen en la audición y el equilibrio.
Los productos vestibulotóxicos afectan las células ciliadas de los órganos responsables de la orientación espacial y del equilibrio.
Las investigaciones sobre los productos ototóxicos y sus interacciones con el ruido son limitadas. La dosis-respuesta, el nivel mínimo de efectos observados y el nivel sin efectos observados han sido identificados en análisis experimentales con animales solamente para unas pocas sustancias, lo que nos debe llevar a investigar sobre el tema, tenerlo en cuenta en cualquier escenario laboral o extralaboral, aplicar los controles y seguimientos necesarios, pero mientras se concluyen los estudios, debemos contemplar el daño que pueden ocasionar y supone una mayor atención y un replanteo de las medidas preventivas.
Prevención
En cada producto químico varía el límite de exposición para la ototoxicidad, según su familia de compuestos, propiedades, concentración de la exposición, duración de la exposición, vía de exposición, sinergia con el ruido y exposición al ruido, sumado con los factores de riesgo propios de la persona.
En el dado caso que no se disponga de la información específica sobre la ototoxicidad, la información sobre neurotoxicidad, nefrotoxicidad y toxicidad general de una sustancia química puede ayudar a dar pistas sobre la posible ototoxicidad. Se sabe que la mayoría de productos químicos que afectan el sistema auditivo, también son neurotóxicos y nefrotóxicos, al igual si genera radicales libres reactivos puede ayudar a concluir una posible ototoxicidad.
Se debe priorizar su eliminación o sustitución, pero solo en caso que no sea posible técnicamente por medios de controles de ingeniería, se recomienda la ventilación como ayuda a la mitigación, además se deben adoptar medidas para reducir la exposición, protección colectiva o individual, teniendo en cuenta las vías de exposición.
Para prevenir la exposición a productos ototóxicos se debe saber si están presentes en el lugar de trabajo. Se deben identificar los productos ototóxicos revisando las fichas de seguridad y los peligros ototóxicos para la salud asociados a los compuestos del producto.
Referencias:
1. https://www.osha.gov/otm/section-3-health-hazards/chapter-5
2.https://app.mapfre.com/documentacion/catalogo_imagenes/grupo.do?path=1090688
3. https://www.ispch.cl/sites/default/files/NotaTecnicaOtotoxicos.pdf
4. Johnson, A.C. and T.C. Morata. Occupational exposure to chemicals and hearing impairment, in Arbete och Hälsa, The Nordic Expert Group, Editor. 2010: Gothenburg. p. 1. http://hdl.handle.net/2077/23240
5.https://gupea.ub.gu.se/handle/2077/23240?locale=en