A raíz de la llegada del COVID-19, las empresas y personas se han visto en la necesidad de adaptarse a una nueva realidad, lo cual implica un reto para encontrar alternativas seguras en los procesos de trabajo, en las formas de relacionarse con las demás personas, con la intención de garantizar la salud de la población trabajadora, familias y sociedad en general. No obstante, la pandemia ha sometido a presión tanto a los empresarios como a los trabajadores, al tener que introducir múltiples prácticas y procedimientos de bioseguridad en muy poco tiempo, bajo el acompañamiento del equipo de seguridad y salud en el trabajo (SST) para, de esta manera, reanudar o mantener el trabajo, contribuyendo a eliminar la transmisión de esta enfermedad, mediante la identificación, valoración y mitigación de peligros y riesgos.
Sumado a esto, las personas en las organizaciones se ven expuestas a una serie de requerimientos intralaborales como por ejemplo: mantener sus actividades laborales bajo estrictas normas de bioseguridad, contempladas por la Organización Mundial de la Salud, el distanciamiento social, el uso de tapabocas, lavado frecuente de manos, uso de desinfectantes de superficies, entre otros; generando en gran parte de la población trabajadora un “estrés de pandemia” como lo denomina Ozamiz & Idoiaga, 2020. Adicionalmente, las empresas en un muy poco tiempo tuvieron que tomar la decisión de tener trabajadores en teletrabajo o en trabajo en casa, lo cual implica para muchos empleados un aumento en el número de horas laborales. Sin embargo, con el transcurso del tiempo, el Gobierno colombiano lo ha regulado a través de la Ley del Senado 352 de 2020 y la Ley de la Cámara 429 de 2020. Además, se ha visto que los factores laborales del teletrabajo actual se suman a los extralaborales tales como las actividades tradicionales del hogar y familiar, lo cual repercute en la salud mental de la población trabajadora.
Riesgos emergentes
Según diversas ARL, se han evidenciado riesgos emergentes en la población trabajadora como son: la sobrecarga laboral, la tecnoansiedad como resultado de la falta de competencia digital, sensaciones de duelo como consecuencia del proceso de adaptación al cambio de estilo de trabajo que se presentó en muy poco tiempo, sin la posibilidad de realizar una transición progresiva a la nueva forma de ejercer en su puesto de trabajo. Debido a esto, es fundamental realizar un trabajo conjunto por parte del área de Psicología Ocupacional con el área de bienestar y recursos humanos de las empresas y de esta forma, llevar a cabo un acompañamiento a los trabajadores, con el fin de conocer cómo se encuentran mental y físicamente, realizando monitoreos y control de factores de riesgo psicosocial. Es así, como cada empresa bajo el área de SST debe crear y aplicar un protocolo de retorno al trabajo, bajo el seguimiento del entorno psicosocial del trabajador, al igual que se deben implementar nuevos procesos de inducción, reinducción y readaptación al puesto de trabajo dentro de las instalaciones de la organización. A su vez, la empresa debe brindar un servicio de teleorientación y preparación para realizar el trabajo en casa (por ejemplo: capacitaciones, creación de hábitos y entrenamiento para el manejo de esta nueva modalidad de empleo) para los que realizan teletrabajo o trabajo en casa, al igual para los empleados que regresan a las instalaciones, mediante comunicaciones efectivas, capacitaciones e indicar sobre la naturaleza cambiante del trabajo por la pandemia.
Es importante recalcar, la importancia de monitorizar los factores de riesgo psicosocial mediante la aplicación de baterías de riesgo psicosocial y mediciones de afrontamiento, para las diversas situaciones estresantes a las que se pueden encontrar expuestos los trabajadores, monitorizar las interacciones entre las personas trabajadoras con terceros, para de esta forma identificar cambios de comportamiento que puedan indicar afectación de su salud mental. Es así como es clave poner a disposición de los trabajadores servicios de asesoramiento psicológico y números de asistencia psicológica que brinden las directrices y la ayuda necesaria en caso de ser requerida en cualquier momento.
Adicionalmente, se requiere promover tanto en las personas que se encuentran en las instalaciones de la empresa como los que se encuentran en “trabajo en casa o teletrabajo”, espacios de descanso, cumpliendo los horarios laborales establecidos en los reglamentos internos de trabajo, promoviendo la desconexión digital, y promover un espacio libre de acoso laboral.
Como conclusión tanto la Psicología Ocupacional como las empresas, en el marco del retorno al trabajo en época de pandemia, deben realizar un arduo trabajo para cuidar la salud mental y física de la población trabajadora, mediante un trabajo interdisciplinario entre las áreas de recursos humanos, SST y la Psicología Ocupacional, creando límites entre los espacios personales, familiares y laborales, desarrollando espacios de diálogo entre el empleador y el trabajador para así cuidar su salud mental y física, aplicando las herramientas que otorga la Psicología Ocupacional, como una manera de dar solución a las diversas situaciones que se han generado en el ámbito laboral como consecuencia de la pandemia actual.