Giovanni M. López Hernández
Giovanni M. López Hernández Especialista en Medicina Laboral y magister en PRL

Benceno, ¿en mi trabajo lo encuentro?

inhalación de benceno

El benceno, conocido también como benzol, es un líquido incoloro de olor dulce, que se produce en el petróleo crudo natural, así como en la gasolina refinada.  Se evapora al aire rápidamente, es sólo ligeramente soluble en agua y es sumamente inflamable. La mayoría de la gente puede empezar a detectar el olor del benceno en el aire cuando está en concentraciones de 60 partes de benceno por millón de partes de aire (ppm) y a reconocerlo como benceno cuando la concentración alcanza 100 ppm. La mayoría de la gente empieza a detectar el sabor del benceno cuando está en concentraciones entre 0.5 y 4.5 ppm en el agua. Una parte por millón equivale aproximadamente a una gota en 40 galones. El benceno se encuentra en el aire, el agua y el suelo. El benceno proviene tanto de fuentes industriales como naturales.

Aproximadamente la mitad de la exposición al benceno en Estados Unidos es el resultado de fumar cigarrillos o de exposición al humo de tabaco. Un fumador típico (32 cigarrillos al día) recibe aproximadamente 1.8 miligramos (mg) de benceno al día. Esta cantidad es aproximadamente 10 veces mayor que la cantidad de benceno que recibe una persona que no fuma.

Efectos de la exposición

La inhalación aguda de benceno causa mareos, confusión, somnolencia, aumento de la frecuencia cardíaca y temblores. La exposición también puede llevar a la inconsciencia o la muerte. Estos efectos se producen después de exposiciones severas. Puede entrar al cuerpo a través de los pulmones, el tubo digestivo y la piel. Cuando se está expuesto a niveles altos de benceno en el aire, aproximadamente la mitad del benceno que se inhala pasa a la corriente sanguínea a través de los pulmones. Cuando se expone al benceno en alimentos o bebidas, la mayor parte del benceno que se ingiere pasa a la corriente sanguínea a través del tubo digestivo. Si la piel entra en contacto con benceno o con productos que lo contengan, una pequeña cantidad de benceno pasará a la sangre a través de la piel. Una vez en la sangre, el benceno se moviliza a través del cuerpo y puede ser almacenado transitoriamente en la médula ósea y el tejido graso, es convertido a productos llamados metabolitos en el hígado y la médula ósea. Algunos de los efectos adversos son causados por estos metabolitos: la mayoría abandonan el cuerpo por la orina dentro de 48 horas después de la exposición.

La contaminación se produce a través de la inhalación del gas presente en el aire a través de las emisiones o por medio de agua que ha sido contaminada. Aunque el cáncer es el mayor riesgo, la inhalación de benceno por un breve período de tiempo puede provocar depresión del sistema nervioso. De acuerdo con un informe publicado por el Centro Canadiense para la Salud y Seguridad en el Trabajo-Benceno, «La exposición a corto plazo provoca depresión del sistema nervioso central (SNC), caracterizado por somnolencia, mareos, dolor de cabeza, náuseas, pérdida de coordinación, confusión e inconsciencia». Sus vapores pueden irritar los ojos y las vías respiratorias; en la inhalación continua, se observa una reducción de plaquetas y leucocitos en el cuerpo, resultando en algunas condiciones de anemia o incluso la leucemia.

Pruebas para detectar la exposición

En el cuerpo, el benceno es convertido a productos llamados metabolitos. Algunos metabolitos del benceno –por ejemplo el fenol, el ácido mucónico y el ácido S-fenilmercaptúrico– pueden medirse en la orina. La cantidad de fenol en la orina se ha usado para evaluar exposición a benceno en trabajadores. La prueba es útil solamente cuando se está expuesto a niveles de 10 ppm o más de benceno en el aire. Sin embargo, esta prueba también debe llevarse a cabo poco después de la exposición y no puede usarse para determinar con certeza a cuanto benceno se expuso porque el fenol puede provenir de otras fuentes (la dieta o el ambiente). Las pruebas de ácido mucónico o de ácido S-fenilmercaptúrico son más sensibles e indican con mayor certeza exposición al benceno. La medición de benceno en la sangre o de metabolitos en la orina no pueden usarse para pronosticar si ocurrirán efectos adversos. El conteo de todos los tipos de células sanguíneas y el examen de médula ósea se usan para determinar exposición al benceno y sus efectos sobre la salud. Para personas expuestas a cantidades de benceno relativamente altas, análisis completos

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