Seguridad Laboral Latam 009

28 Primer semestre 2020 Es común ver imágenes en Internet, en cualquier plataforma virtual o, inclusive, en nuestro día a día, personas realizando actividades laborales ex- poniendo sus vidas con comportamientos que a simple vista denotan que están conscientes de la magnitud del riesgo al que están expuestos. Sin embargo, siempre se toman este tipo de actitu- des como símbolo de valentía o de diversión, ali- mentando así la cultura del comportamiento in- seguro. Neurociencia Según la neurociencia, en la prevención de acci- dentes y enfermedades las personas seguras ac- túan mayoritariamente porque en algún momen- to “piensan y prestan interés reflexivo” para to- mar su decisión de no realizar la conducta peligro- sa. Las personas peligrosas tienen un discurso más impulsivo, de goce inmediato, de “oposicionismo a la autoridad”, de posicionar su imagen (profesional), de culpar a terceros por sus acciones negativas, de autovalidación y de uso de mecanis- mos defensivos para justificar sus conductas (https://www.rgi . com.co , s.f.). Con el fin de poder reducir estos comportamientos, los go- biernos e instituciones dedicadas al mejoramiento de la salud y la seguridad laboral han realizado un esfuerzo por implemen- tar permanentemente controles promoviendo la mejora en las condiciones laborales con el apoyo de profesionales a cargo de asesoramiento para el control de los riesgos a los que se en- cuentran expuestas personas. Pero es necesario expresar que estos controles no sirven de nada sin generar cambios de para- digmas en la sociedad siendo este el trabajo más difícil de con- cebir. Por esto es muy importante poder visualizar cuales son esos factores sociales que impiden mejorar los comportamien- tos de seguridad en las personas. Cambios en el comportamiento Los cambios de comportamientos inseguros en nuestra socie- dad no solo implican realizar capacitaciones sobre temas de se- guridad e inspecciones durante la realización de las tareas para comprobar el cumplimiento de los procesos establecidos o las prácticas trasmitidas través de las capacitaciones, sino también a parte de enseñar con el ejemplo día a día es “ganar almas”. Ganar almas es convencer a los demás del amor que deben te- ner por sus propias vidas y la de los demás. Es a mi parecer que nuestra labor del cuidado de las personas en sus activida- des laborales trasciende si nos volvemos predicadores del amor a la vida: si nuestro argumento convence no solo en la mente, sino en el sentir de las personas, podemos contribuir al cambio de los comportamientos para ellas y sus familias, aportando al cambio de paradigmas de manera mucho más profunda en el cuidado de todos en nuestro entorno laboral y social. Para lo anterior tenemos que saber adentrarnos a las mentes de las personas a nuestro alrededor sabiendo que nuestro ce- rebro se comporta “en respuesta a patrones repetidos de acti- vidad de tal modo que, en un sentido real, el cerebro que noso- tros desarrollamos refleja la vida que llevamos” , de hecho, “el cerebro contiene la materialización de la personalidad y el co- nocimiento, del carácter y las emociones, de los recuerdos y las creencias ” (Begley, 2008) . Cultura de la respuesta Tenemos que buscar la independencia emocional de las perso- nas y crear una cultura de la “pregunta” y no de la “respuesta”: esto quiere decir que las organizaciones deben cambiar el enfo- que de dar respuestas y soluciones a los colaboradores, sino ha- cerlos parte del proceso formulándoles las preguntas para que ayuden a encontrar la solución. Este aprendizaje crea el mapeo Los comportamientos inseguros: un problema social Fabián González Cantillo Ingeniero industrial y magíster en Seguridad e Higiene Ocupacional colombia

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