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30 Primer semestre 2018 Tesis-División Seguridad y Medio Ambiente Los agentes biológicos en el puesto de trabajo deben ser eva- luados y deben adoptarse las medidas oportunas. Entre ellas, las más eficaces siempre son las preventivas, es decir, evitar o mi- nimizar al máximo la presencia de los organismos que presen- tan un peligro. En los puestos de trabajo más expuestos este factor se tra- ta específicamente: centros sanitarios y plantas de compostaje son los más recurrentes en la bibliografía. Pero hay la tendencia generalizada de no dar la importancia adecuada a este factor en otros ámbitos menos evidentes como son unas oficinas, un ta- ller mecánico o una fábrica de botellas de plástico. Sin entrar en la seguridad del producto, es decir, en la posibi- lidad que se contamine el producto con contaminantes bioló- gicos (que es donde es frecuente encontrar recursos para evi- tar que esto ocurra), los técnicos en prevención de riesgos la- borales deben adoptar medidas para evitar la exposición de los trabajadores a agentes biológicos que les pueden lesionar (en- fermar) y tienen consecuencias directas en la disponibilidad de las plantillas. Riesgos biológicos A no ser que se detecte un índice de bajas laborales elevado causado por enfermedades que indiquen un problema, como el ya famoso síndrome del edificio enfermo, hay muchos entornos laborales en los que no se adopta ninguna medida más allá de contratar un servicio de limpieza. Y esto puede ser insuficien- te en muchos casos. La presencia de patógenos en cualquier colectividad es fre- cuente y más en la actualidad donde la revolución del trans- porte ha promovido grandes desplazamientos: las personas no viajan solas, lo hacen con toda la microflora de su entorno que, además, va intercambiando especímenes con su entorno. Si bien en términos generales un entorno laboral debería considerarse “sano” dado que los trabajadores “a priori” de- sarrollan su ejercicio laboral porqué están con el nivel de sa- lud adecuado para ello, es una realidad que las probabilidades de adquirir algún tipo de enfermedad en el trabajo es más que notable (no confundir con enfermedades profesionales, que es otra temática). Por ejemplo, cada año hay gripe, una enferme- dad causada por un virus de rápida propagación y fácil infección. Una falta de medidas preventivas en el trabajo en la tempora- da puede provocar que un porcentaje importante de la plantilla acabe con baja laboral o con un rendimiento reducido (en casos más leves). Si sumamos los casos de resfriados (no hay que con- fundirlos con gripe), gastroenteritis víricas o bacterianas (fruto de una higiene de manos deficiente muchas veces) o conjunti- vitis, el personal de recursos humanos fácilmente se dará cuen- ta que tiene un problema y medible. Evidentemente estas en- fermedades “comunes” se pueden adquirir fuera del puesto de trabajo, pero no hay que olvidar que un tercio del día, como mí- nimo, nos lo pasamos yendo y viniendo al trabajo (el transpor- te público es otra fuente de patógenos, pues es otra colectivi- dad) y trabajando. Hay entornos laborales, además, que por sí mismos generan exposiciones: sector de la alimentación (carne infectada, hon- gos en el grano, etc.), madera (hongos) o el derribo de edifi- cios (hongos), por citar algunos. Por ello se impone una evalua- ción de riesgos adecuada y la adopción de medidas preventivas. La limpieza y la desinfección como medidas de prevención La limpieza y desinfección como medida preventiva y de seguridad laboral El disponer de un plan de higiene proporciona una herramienta eficaz para reducir y minimizar las enfermedades en el trabajo

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