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29 Primer semestre 2018 ta e insustituible, lo que les ha llevado a solicitar una dotación de leche cotidiana y a los empleadores a proporcionarla. Paradigmas Hoy los especialistas de seguridad y salud ocupacional tenemos que poner en evidencia, con los patrones, sindicatos y escuelas, que en nada beneficia y sí perjudica mantener esta idea. La razón es que quienes le atribuyeron a la leche la cualidad de antídoto universal lo hicieron de una manera tan convincente que la gen- te lo acepto como verdad absoluta, creando así paradigmas ba- sado en falsas expectativas, sobre la base de otros paradigmas: Antiguamente, a los enfermos que padecían úlcera gástrica eran sometidos a dietas ricas en leche y sus derivados. El paradigma en aquellos años indicaba que ese tratamiento era el correcto, ya que la leche producía un efecto alcalino que contrarrestaba la acidez de los jugos gástricos. Sin embargo, una vez que se comprobó científicamente que la leche era un estimulante de la producción de jugos gástricos, se abandonó el paradigma y se dio paso a tratamientos sustentados en verdaderos trabajos de investigación médica. Antes la leche entera se le reconocía como un alimento indispen- sable en la dieta de todo ser humano, de tal forma que dichos nutriólogos y dietistas la incorporaban a todo régimen alimenti- cio. No obstante, cuando los investigadores médicos demostra- ron la relación causal entre el infarto cardiaco (infarto al miocar- dio) y la ingesta de algunos alimentos ricos en colesterol, entre los que se encontraba la leche, se tuvo que retirar de la dieta de los pacientes que habían sufrido este tipo de trastornos. Con este cambio en las indicaciones dietéticas se rompió el para- digma que aprobaba la ingesta indiscriminada de leche entera, pero a muchos pacientes les resultó difícil eliminar su consumo, pero en- tendieron que si deseaban conservar su salud y la vida, debían en- tre otras medidas preventivas. Una de ellas sería prescindir de la le- che y de sus derivados, confirmando que la leche no es el antídoto universal, ya que en ningún estudio o tratado se menciona sugiere o insinúa que la leche tenga un efecto positivo en el ser humano, distinto al de la nutrición o al del manejo dietético de algunos pro- blemas de salud ajenos por completo al trabajo. El principal efecto del plomo es el sistema hematopoyético (ac- ción sobre los glóbulos rojos) en donde el plomo ejerce una ac- ción tóxica sobre los eritrocitos y la síntesis de hemoglobina, pro- vocando anemia hipocroma (disminución del hierro en el glóbu- lo rojo). Así, en los huesos largos se altera la estructura ósea y su funcionalidad permite la salida de fósforo, y limitadamente la en- trada del calcio, quedando éste circulando en vía sanguínea, por lo que le da al hueso la apariencia de descalcificación. Sin embar- go, el calcio se encuentra en el cuerpo, lo que ocurre es que no se aprovecha adecuadamente. En la musculatura lisa, el aumento de la contractilidad se debe a que el plomo tiene efectos constrictores y el calcio no, mientras que en el sistema nervioso, la absorción lenta del plomo provoca, entre otros daños, alteración del sistema nervioso periférico con efectos desmielinizantes (pérdida de la capa del nervio). Entre los afectos adversos esta la afectación a los riñones donde se produ- ce esclerosis renal (endurecimiento). En el hombre se ha demos- trado que la espermatogénesis (creación de espermas) se altera. Además, el plomo disminuye la captación de yodo 131 por el ti- roides, y el tratamiento del saturnismo crónico se aplica quelan- tes con calcio por vía oral (EDTA-CA). Sin embargo, el calcio que se aplica es para reponer el que se destruye por el efecto del me- dicamento quelante. Condiciones poco favorables Cabe resaltar que el suministro de leche puede originar condicio- nes poco favorables para la salud de los trabajadores: Crea un falso concepto de seguridad entre los trabajadores al sentirse protegidos contra la intoxicación, reduciendo su parti- cipación activa para cumplir las recomendaciones para evitar la exposición innecesaria. Cuando la dotación de leche es distribuida en los sitios de tra- bajo, existe gran posibilidad de contaminación en los envases, utensilios o de la leche misma, con lo cual se da la vía de ingre- so de contaminantes al organismo, especialmente significativa, cuando la leche es consumo en el área de proceso. Si el trabajador no conserva hábitos higiénicos, puede contami- nar la leche que bebe a través de sus manos o de las partículas que se desprenden de su ropa de trabajo. A ciencia cierta son prácticamente nulas las ventajas del con- sumo de la leche por trabajadores expuestos, pues está demos- trado que la leche en los adultos no es para nada necesaria, por- que el calcio ya no se fija en los hueso de los adultos. El hombre es el único mamífero que después de ser destetado por la madre quiere seguir tomando leche, lo cual más bien viene derivado de un tema cultura y de tradición, ya que el beneficio de tomar leche es muy pobre y este se podría derivar del aporte calórico y pro- teico al incidir solo un poco, en un mejor estado nutricional, con- dición sin duda deseable, pero irrelevante si no se inserta en un contexto preventivo más amplio. Lamentablemente, con el paso del tiempo esta idea se convirtió en una teoría y todavía hoy para algunos empleados y muchos trabajadores es una verdad absolu-

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