Formación de Seguridad Laboral 199

prl en el sector energético car las cinco reglas de oro de forma aislada en cada extremo puede generar riesgos cruzados. La falta de sincro- nización podría exponer a los opera- rios a situaciones de peligro, como la energización accidental de un extremo mientras se realizan trabajos en el otro. El proceso para dejar sin tensión una instalación, regulado históricamente por las cinco reglas de oro, resulta in- suficiente para abordar la complejidad de este entorno. Para evitar estos riesgos, resulta fun- damental establecer puntos de control adicionales y adoptar un modelo opera- tivo en dos etapas que refuerce la segu- ridad en cada fase del procedimiento. Primera etapa. Desconexión y blo- queo de las fuentes de tensión. La primera etapa tiene como objetivo aislar cada instalación del sistema eléc- trico y evitar energizaciones accidenta- les. Esta etapa responde a la primera y segunda regla de oro e incluye: Desconexión de las fuentes de ten- sión , verificando la apertura de los elementos de corte. Bloqueo o enclavamiento de los dis- positivos de maniobra para prevenir reconexiones. Señalización clara y visible en los mandos para evitar manipulaciones incorrectas. Finalizadas y evidenciadas estas acciones en ambos extremos, esta in- formación debe ser comunicada a los centros de control, o interlocutores res- ponsables, quienes autorizarán el inicio de la siguiente etapa. Segunda etapa. Verificación y puesta a tierra y en cortocircuito. En esta etapa se valida que la instala- ción está libre de tensión antes de iniciar los trabajos, siguiendo estos pasos: Verificación de la ausencia de ten- sión en los puntos donde, inmedia- tamente después, se colocarán las puestas a tierra y en cortocircuito. Instalación de puesta a tierra y en cortocircuito, como garantía de la situación de seguridad durante el tiempo que duren los trabajos en la instalación. El procedimiento para devolver la ins- talación a sus condiciones normales de explotación se realiza en el orden inver- so, garantizando una restauración com- pleta y segura del servicio eléctrico. Un modelo que garantiza el futuro seguro y sostenible. El modelo en dos etapas no solo com- plementa los procedimientos tradiciona- les, sino que también introduce una do- ble verificación y un control secuencial de las maniobras. Esta práctica elimina riesgos de energización cruzada, salva- guardando tanto a las personas como a las instalaciones. La operación segura de instalaciones compartidas exige más que el cumpli- miento de normativas: requiere la evo- lución de procedimientos de seguridad eléctrica, la formación continua para el desarrollo de competencias del personal de operación local y telemando y una cultura de confianza entre las empresas involucradas. Este modelo perfecciona la aplicación de las cinco reglas de oro, adaptándose a la complejidad de las ins- talaciones modernas y a las necesidades de un sistema en constante evolución. En definitiva, garantizar un sistema eléctrico seguro y sostenible es una ta- rea colectiva. La implementación de pro- cedimientos coordinados y verificables en instalaciones compartidas no solo es una buena práctica, sino un compro- miso imprescindible para proteger a las personas y asegurar el futuro de nuestra red eléctrica. / Enero-Febrero 2025 43

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