Formación de Seguridad Laboral 197

/ Septiembre-Octubre 2024 86 prl en el sector sanitario L a salud mental de los pro- fesionales de la salud es un aspecto fundamental que, lamentablemente, suele pa- sarse por alto en el entorno sanitario. Las largas jornadas de trabajo y las guardias de 24 horas no solo generan agotamien- to físico, sino que tienen un profundo impacto en el bienestar psicológico de los trabajadores. La fatiga mental es una realidad que afecta la seguridad de los pacientes y el desempeño del personal, por lo que resulta indispensable abordar- la desde una perspectiva organizacional. Durante mi práctica en el hospital, viví de primera mano el desgaste que implican las extensas guardias. Al final de un turno, la concentración disminuye, el juicio clínico se enturbia y la capaci- dad para tomar decisiones críticas se ve comprometida. Además, se genera una sensación de desconexión emocional, donde el personal médico, agotado y sin descanso suficiente, comienza a perci- bir su entorno de manera distante. Esta situación no es sostenible a largo plazo y, de no ser tratada, puede derivar en síndrome de burnout , aumento de errores clínicos y, en última instancia, la pérdida de voca- ción de muchos profesionales. Ante este escenario, las organizaciones tienen un rol clave. Es urgente la implemen- tación de jornadas laborales más flexibles y turnos rotativos que permitan una recupera- ción adecuada. También es importante promover la re- ducción del número de horas seguidas de actividad asis- tencial, especialmente en los servicios con alta demanda emocional, como la urgencia y las unidades de cui- dados intensivos. Además, deben habilitarse espacios de descanso dignos dentro de los cen- tros hospitalarios, para que el personal pueda relajarse y desconectar, al menos brevemente, de las intensas exigencias del entorno clínico. Incorporar áreas de esparcimiento, fomentar momentos de pausa y diseñar espacios silenciosos puede ser un primer paso en el desarro- llo de políticas que prioricen el autocui- dado. El autocuidado no es un lujo, sino una necesidad que, paradójicamente, queda muchas veces olvidada en el mis- mo entorno de quienes están llamados a cuidar a los demás. Asimismo, los departamentos de pre- vención de riesgos laborales deben di- señar programas de apoyo psicológico y emocional que incluyan asesoría espe- cializada, grupos de apoyo y talleres so- bre gestión del estrés. Es vital capacitar a los directivos y a los responsables de recursos humanos para identificar sig- nos de agotamiento temprano y ofrecer ayuda proactiva. La creación de comités de bienestar, donde el personal tenga voz y voto en las decisiones, también puede ser una herramienta poderosa. En última instancia, cuidar la salud mental de quienes cuidan de otros no es solo una cuestión de ética, sino de eficiencia. Al mejorar la calidad de vida de los profesionales de la salud, también se mejora la ca- lidad de la atención que se brinda a los pacientes. Y es que es hora de que las organizaciones sani- tarias asuman su respon- sabilidad y conviertan el bienestar mental en una prioridad. Promoviendo la salud mental en el ámbito sanitario: una responsabilidad organizacional S ara M árquez S ánchez P siquiatra /C oordinadora del Á rea de P sicosociología de ICSOFT

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