Formación de Seguridad Laboral 190
calzado de seguridad y de protección y antideslizante. Periódicamente hay que evaluar el estado de las suelas del calzado de seguridad y, si detectamos algún tipo de desgaste, lo ideal sería la sustitución para evitar posibles resbalo- nes en los lugares de trabajo. También es importante que su largo y ancho sean adecuados, con una altura de pala correcta y que disponga de una puntera redondeada, así como que su tacón tenga una altura de entre dos y tres centímetros y que nunca sea mayor de cuatro centímetros. Es relevante que tenga un contrafuerte rígido, que ofrez- ca sujeción, que nunca sea abierto y que ofrezca una buena amortiguación ante los impactos. Esto se consigue con una plantilla confeccionada con los materiales apropiados. Dicha plantilla, al igual que la suela, hay que revisarla periódicamente y evaluar que no exis- ten hundimientos ni roturas en los luga- res de mayor hiperpresión del pie, que son habitualmente los talones y la zona metatarsal. Si no sabemos cuál es la plantilla ideal para nuestro pie, es cla- ve acudir al podólogo porque según las características que observe nos podrá recomendar la mejor en nuestro caso. Además, el calzado debe de ser flexi- ble, cómodo y ligero para que durante la jornada laboral no aparezcan mo- lestias. En relación a sus dimensiones, deben tenerse en cuenta que permitan incorporar tratamientos ortopodológi- cos en su interior, si fuera necesario. Calcetines Otro elemento del que apenas se habla respecto a la salud de los pies de los tra- bajadores son los calcetines. El calcetín es la prenda que está en contacto direc- to con nuestros pies y debe reunir ciertas características para mejorar, minimizar y prevenir patologías inherentes al uso del calzado laboral y el trabajo. El calcetín ha de adaptarse tanto al pie como al calzado y, dependiendo de la estación del año en la que nos encontremos, es- cogeremos el material con el que está confeccionado. No obstante, siempre optaremos por fibras que favorezcan la expulsión del sudor y eviten que el pie se encuentre a remojo gran parte de la jornada y, a su vez, que mantengan el calor corporal. Su altura irá acorde a la caña del calzado, tienen que carecer de costuras y es conveniente que cuenten con refuerzos en la puntera y los talones porque son los puntos de máximo im- pacto dentro del calzado laboral. Teniendo en cuenta la variedad de materiales, elementos y diseños de fa- bricación y conociendo las principales patologías que provoca el calzado, el mercado debería ofrecer no solamente seguridad y protección a sus usuarios, sino confortabilidad y comodidad, ya que una mejora de estas variables evi- taría lesiones derivadas de su uso. Un zapato inadecuado agrava y perjudica la salud de los trabajadores, ya que una mala elección de elementos afectará de diversas maneras a la integridad y salud del pie. Para concluir, es relevante tener en cuenta que al igual que todos los traba- jos no están diseñados para todos los trabajadores, no todos los pies pueden llevar los mismos zapatos. En este pun- to, los profesionales de la podología ju- gamos un papel fundamental a la hora de recomendar o aconsejar el calzado laboral más adecuado para cada per- sona. Al igual que todos los trabajos no están diseñados para todos los trabajadores, no todos los pies pueden llevar los mismos zapatos. / Julio-Agosto 2023 47
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