Formación de Seguridad Laboral 174
tecnologia Y PRL 73 Noviembre-Diciembre 2020 Más información:
[email protected] Cuando mencionamos el binomio “nuevas tecnologías y salud laboral” nos suelen venir a la cabeza riesgos que hace unos años no es- taban recogidos en las políticas de prevención de las empresas. Si quitamos de la ecuación los accidentes, muchas de las patologías que sufren los traba- jadores están relacionadas con el tecnoestrés que provoca el uso excesivo que hacemos de las TIC, tecnologías de la información y las co- municaciones, siendo difícil distinguir qué pa- tologías se derivan de las actividades profesio- nales propiamente dichas y cuáles de nuestra vida personal. Y si no que nos lo digan a aque- llos que en mayor o menor medida sufrimos el síndrome FOMO (“Fear of Missing Out”), esa sensación de miedo a perderse algo y que ha sido reconocido por los psicólogos como un trastorno producido por estar continuamen- te conectados a la red. Las nuevas tecnologías nos han acarreado muchos cambios en diferentes aspectos de nuestra vida. ¿Recuerdan ustedes cómo nos comunicábamos en los años 90? El ámbito de la salud laboral no ha sido ajeno a estos cambios y las nuevas tecnolo- gías han traído algunas ventajas, como permitir que en el ámbito de la prevención de riesgos la recogida de datos se pueda hacer al detalle y con un almacenamiento en la nube, usando ‘Big data’ las empresas de prevención de riesgos laborales pueden prede- cir futuros accidentes y detectar patrones de comportamiento que podrían ser peligrosos. Y no me olvido del teletrabajo, que a muchos trabajadores nos ha permitido una mejor conciliación de la vida personal y profesional, aunque más arriba ya hablaba del síndrome FOMO Promoción de la salud Pero hoy no quiero hablar solo enfermedades o prevención de riesgos laborales. Pref iero hablar de “promoción de la salud” y acogerme a la def inición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuando dice que la salud es un estado completo de bien- estar físico, mental y social y no solamente la ausencia de afec- ciones o enfermedades. Y más en concreto quiero recordar el año 1986 cuando la OMS celebró la Primera Conferencia Inter- nacional para la Promoción de la Salud y elaboró el documento conocido como la Carta de Ottawa, donde se dijo que la pro- moción de la salud consiste en proporcionar a la gente los me- dios necesarios para mejorar la salud y ejercer un mayor con- trol sobre la misma. La promoción de la salud en el lugar de trabajo puede contri- buir a una disminución de las enfermedades y los costes deriva- dos de ellas, en un incremento de la productividad, así como en una población trabajadora más sana, más motivada, con la mo- ral más alta y con un mejor clima laboral. La promoción de la sa- lud en el trabajo tiene que estar dentro de una estrategia em- presarial que aspire a la prevención de los riesgos profesionales (incluyendo enfermedades relacionadas con el trabajo, acciden- tes, lesiones, enfermedades profesionales como el estrés, etc.) y a aumentar la capacidad individual de la población trabajadora y sus familias para mantener su salud y calidad de vida. El resultado que buscamos es trabajadores cada vez más con- cienciados y comprometidos de la importancia de cuidar su sa- lud y mejorar sus hábitos de vida. De ahí la importancia de que las empresas incluyan en sus planes estratégicos y de acción un enfoque de salud en todas sus políticas, demostrando su com- promiso con su proyecto de empresa saludable. La Carta de Ottawa tenía como objetivo tener salud para to- dos en el año 2000 . El 2000 ya nos queda un poco lejos y aún Juan Carlos Santamaría Director de Comunicación de Inithealth (Grupo Init) ¿Las nuevas tecnologías son buenas para la salud laboral?
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