Formación de Seguridad Laboral 174
15 Noviembre-Diciembre 2020 prl en el sector energetico Más información:
[email protected] Son muchas las fábricas e instalaciones industriales de distintos ámbitos que de manera periódica realizan paradas programa- das en su actividad para acometer los trabajos de mantenimien- to necesarios para la operación segura y fiable de las mismas. La industria nuclear no es una excepción y en el marco de las lla- madas coloquialmente “recargas”, o lo que es lo mismo, las pa- radas programadas para la sustitución de un tercio del combus- tible nuclear, se produce la realización de las tareas de manteni- miento preventivo y correctivo, así como la implantación de las modificaciones de diseño programadas. Otra de las peculiaridades de la industria nuclear es la frecuen- cia de estas paradas. En nuestro caso, nuestros reactores requie- ren el cambio del combustible cada 18 meses, por lo que ANAV (2 reactores en CN Ascó y 1 reactor en CN Vandellós II) cuen- ta con 2 recargas cada año. Es sin duda, un reto de alta exigencia para toda la organización. Para calibrar bien la exigencia del reto se puede afirmar que durante una recarga, una fuerza de trabajo de 2.000 trabajadores ejecuta un promedio de 11.000 órdenes de trabajo en aproximadamente 35 días. Si consideramos que por las peculiaridades de la industria nuclear, durante los prime- ros 3 días (secuencia de enfriamiento del reactor) y los últimos 5 días (secuencia de calentamiento y arranque) el número de tra- bajos a ejecutar son mínimos, tenemos que la gran mayoría de las tareas a ejecutar se concentran en unas 4 semanas. Es fácil pensar, vistas las características anteriormente descri- tas, que el objetivo a conseguir para una parada exitosa se basa en la finalización de la recarga en el tiempo programado, llevan- do a cabo todos los trabajos previstos sin comprometer la segu- ridad de las personas, del entorno ni de la instalación. Para con- seguirlo, la preparación y la coordinación de los trabajos son los factores de éxito primordiales. Preparación La preparación de una recarga comienza 18 meses antes, justo en el momento en que termina la anterior. Es ahí donde se em- piezan a diseñar los programas de la siguiente, donde las unida- des de mantenimiento identifican y preparan los trabajos a rea- lizar, los repuestos y las contrataciones necesarios. Es ahí donde desde ‘Ingeniería’ se preparan y se diseñan los proyectos singu- lares y las modificaciones a implantar. Aquí es donde comienza el trabajo preventivo, en la fase de preparación, en la identificación de riesgos, de problemas en la ejecución derivados del diseño de la instalación, de la situación de la instalación en ese momento (descargos en marcha, equi- pos indisponibles por mantenimiento, etc.). Es aquí donde ha- brá que identificar los equipos de trabajo y de protección nece- sarios. Para todo ello se configuran antes del inicio de las recar- gas los llamados equipos de coordinación de trabajos, equipos multidisciplinares que abordan todos los aspectos antes men- cionados. Es en esta fase, una vez cursadas las órdenes de trabajo, don- de hay que agrupar las OT’s en los diferentes descargos que las amparan y que les ofrecen las garantías operacionales de segu- ridad necesarias para su ejecución. Coordinación Antes del inicio de la recarga. La coordinación de actividades empresariales en una parada de este calibre es piedra angular del éxito de la misma. Como promedio, en nuestra instalación, se involucran en cada recar- ga unas 60 empresas y 2.700 trabajadores, de los cuales 1.200 son personal exclusivo de recarga. De manera previa al inicio de los trabajos contratados se realiza una reunión de lanzamiento, donde se tratan los aspec- tos preventivos de los trabajos a realizar, las necesidades de Miguel A. Gómez Pardo Jefe de Prevención Técnica de ANAV Paradas por recarga: el desafío continuo de la industria nuclear
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