Formación de Seguridad Laboral 173

117 Septiembre-Octubre 2020 Más información: [email protected] Articulo Tecnico ción como el testo 400, equipado con pantalla táctil y menús de medición específicos según las normativas, los técnicos de ven- tilación o los ingenieros de planta pueden medir temperatu- ra, humedad, presión, intensidad lumínica, grado de turbulen- cia, CO 2 y CO, además de poder integrar los resultados de la medición en su planificación para decidir cómo, cuándo y si la humedad ambiente se debe influenciar activamente, controlar o regular en el próximo paso del proyecto. El instrumento de medición también es útil para monitorizar y comprobar perió- dicamente todos los componentes del sistema así como las va- riables predefinidas de control y referencia. Al mismo tiempo, se debe tener en cuenta el confort y la sa- lud de las personas presentes en las salas, tal y como ya ocu- rre con los productos, los procesos de producción o los mate- riales de construcción del edificio, que con frecuencia requieren de un nivel constante de humedad ambiente para asegurar su integridad. La inversión en la variable de referencia "humedad ambiente en interiores" no solo es una inversión en tecnología, también es una inversión en los niveles de confort de las perso- nas, en su salud y en el aire que consumen. paldar la recuperación de calor estipulada mediante la recupe- ración de humedad. Por otro lado, también hay ventiladores con sensores de hu- medad integrados: en unidades de ventilación pequeñas y des- centralizadas, así como en unidades grandes con volúmenes de suministro hasta 1,000 m³/h, estos sensores pueden tener un efecto directo en la humedad relativa del aire de suministro me- diante el incremento o el descenso de la velocidad del ventila- dor hasta que se alcanza el punto de ajuste establecido para el hogar, para cada habitación individual o para el conducto de ad- misión. Esto significa que se pueden prevenir condensaciones o daños debido a un exceso de humedad pero sin caer por deba- jo del nivel mínimo, lo que requiere de un sistema de humidifi- cación adicional en la unidad HVAC o directamente en la habi- tación. Dos sistemas que idealmente deberían funcionar conec- tados y controlados relativos uno al otro. La estrategia para un control adecuado La humidificación y deshumidificación modifican el estado fí- sico del agua, efecto que se puede aprovechar con una estra- tegia de control adecuada. Para humidificar el aire, se pueden usar soluciones adiabáticas e isotérmicas; estas últimas humidi- fican el aire de suministro con vapor de forma que la tempera- tura de la zona de confort no se incrementa significativamen- te, por lo que el sistema de control solo toma como valores de referencia los valores de humedad. Las soluciones adiabáticas, por el contrario, humidifican con agua fría por evaporación o pulverización y por consiguiente enfrían el aire que se debe humidificar. Esto supone que, además del valor de humedad, también se debe medir el valor de temperatura mediante un sensor y monitorizarlo mediante un controlador para evitar la condensación. Los humidificadores adiabáticos también se pueden instalar en el aire de expulsión para enfriar por eva- poración; mediante la recuperación de calor, el aire de expul- sión enfriado previamente con una elevada humedad relativa (hasta el 96%) entra en el aire de suministro cálido, extrayen- do parte de su calor y enfriándolo. En los mejores casos, se consiguen diferencias de temperatura entre 8 y 10 K. En vera- no, esto alivia la carga de trabajo de una unidad de refrigera- ción o la hace innecesaria, según la localización y la aplicación de la instalación, ahorrando costes de inversión y energéticos, y reduciendo las emisiones de CO 2 . La figura 2 muestra las di- ferentes estrategias de control para cada una de las opciones de humidificación y deshumidificación. El aire que “consumimos” En general, las condiciones en las que la gente se siente más có- moda son: pocas o nulas corrientes de aire, una radiación tér- mica placentera, temperaturas ambiente entre 20 y 24 °C y una humedad relativa entre el 40 y el 60%. Estos dos últimos parámetros son interdependientes física- mente, y varían según la estación del año y la localización en re- lación a la presión atmosférica. Con un instrumento de medi- Si los espacios no se utilizan durante largos periodos la falta de ventilación puede originar malos olores o daños estructurales

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