Formación de Seguridad Laboral 171

80 Mayo-Junio 2020 PRL en zonas atex Más información: [email protected] El Real Decreto 681/2003, sobre la protección de la salud y la seguridad de los trabajadores expuestos a los riesgos derivados de atmósferas explosivas en el lugar de trabajo, establece en su artículo 4 que el empresario evaluará los riesgos específicos derivados de las atmósferas explosivas. Para dicha evaluación debe tener en cuenta: la probabilidad de formación y la dura- ción de atmósferas explosivas, la probabilidad de la presencia y activación de focos de ignición, incluidas las descargas electros- táticas, las instalaciones, las sustancias empleadas, los procesos industriales y sus posibles interacciones y las proporciones de los efectos previsibles. Existen diferentes metodologías para poder hacer esta eva- luación de riesgos, como pueden ser los métodos HAZOP, ¿qué pasa sí?, árbol de causas, etc., pero una de las más extendidas, y que es recogida por la NTP 876 del Instituto Nacional de Se- guridad y Salud en el Trabajo, es la metodología RASE. Además, esta metodología es la establecida para evaluar la probabilidad de comportarse como fuente de ignición de los equipos que van a ser instalados en zonas ATEX. Para utilizar este método, se debe tener en cuenta tanto la probabilidad de que se forme la atmósfera explosiva, como la probabilidad de que exista una fuente de ignición en ese empla- zamiento, y también las proporciones previsibles de una posible explosión en caso de que todo falle. Es por esto que con este método cumplimos todas las exigencias recogidas en el artícu- lo 4 del RD 681/2003. Metodología Como ya se ha comentado, el primer paso para poder hacer la evaluación de riesgos consistiría en evaluar la probabilidad con que se producirá la explosión. Para ello debemos tener en cuenta por un lado la probabilidad de encontrar la atmósfera explosiva en el emplazamiento, o lo que es lo mismo, la clasifi- cación de zonas para ese emplazamiento y por otro lado la pro- babilidad de que exista una fuente de ignición efectiva en ese lugar. Habría que valorar todas las fuentes de ignición que pue- dan interactuar en esa zona. Para valorar la probabilidad de ex- plosión se puede utilizar la tabla 1. El siguiente paso sería valorar las consecuencias que tendría la posible explosión. Con la tabla 2 se puede hacer esta valoración teniendo en cuenta por un lado de exposición personal al ries- go y por otro las consecuencias que tendría la explosión para las instalaciones. Con los resultados obtenidos de las anteriores tablas, se ob- tiene el nivel de riesgo para ese emplazamiento y para cada una de las fuentes de ignición que puedan hacerse efectivas en ese lugar (tabla 3). De esta forma, para un nivel de riesgo A, habría que tomar medidas urgentes e incluso detener la actividad, mientras que, en el otro extremo, un nivel de riesgo D, ofrece un nivel de riesgo perfectamente asumible, aunque el riesgo nunca desa- parece del todo. Medidas preventivas Una vez evaluado el riesgo de que en nuestra instalación tenga lugar una explosión, llega el momen- to más importante desde el pun- to de vista preventivo. Es el mo- mento de tomar medidas para re- ducir el riesgo donde su nivel no sea compatible con la actividad. En este punto debemos tener en cuenta lo establecido en el artícu- lo 3 del RD 681/2003: “el empre- sario deberá tomar medidas de carácter técnico y/u organizativo Juan Manuel Cano Galdón Técnico de prevención de FREMAP. Miembro del Equipo de Especialización de Atmósferas Explosivas Evaluación de riesgos de explosión: gestión de las medidas preventivas Tabla 1. Probabilidad de que ocurra la explosión. El documento de protección contra explosiones. Manual de ayuda.

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