Formación de Seguridad Laboral 171

101 Mayo-Junio 2020 Más información: [email protected] prl en EL CONTROL DE PLAGAS Tras demostrar que nuestros técnicos estaban altamente cualificados y que nuestros métodos de trabajo eran adecua- dos, conseguimos por fin la tan ansiada luz verde y nos pu- simos manos a la obra con la preparación de protocolos de trabajos que asegurasen una gran calidad de resultado final, sin dejar de lado la protección de nuestros técnicos y cual- quier persona que pudiese verse afectada por nuestras ac- tividades. Una vez superado el escollo interno de tener la autorización de nuestro “hermano mayor”, nos enfrentamos a un reto aún mayor: teníamos a los expertos y la manera de trabajar, pero ahora teníamos que afrontar la escasez de equipos de protec- ción individuales adecuados para ofrecer la protección nece- saria contra el COVID-19 y, tan o más importante, contra los productos utilizados para luchar contra él. Tras muchas reuniones y debates, una cosa era clara e ina- movible: no podíamos comprometer la seguridad y salud de nuestros trabajadores y, por ello, sufrimos al principio, al no poder asumir tanto volumen de trabajo como queríamos por escasez de EPIs. Veíamos como otras empresas se lanzaban a realizar estos trabajos comprometiendo la seguridad de quien los realiza- ba, pero eso era algo que una empresa como Rentokil Initial no estaba dispuesta a realizar. Esto era, a la par de frustran- te (al no poder agarrarnos al bote salvavidas de nuestro ne- gocio que, como muchos otros, hacía aguas por varios fren- tes), altamente gratificante, ya que siempre se optó por ofre- cer unos tratamientos con garantía de seguridad y salud para nuestros técnicos. Trabajo titánico Con el tiempo han ido apareciendo más proveedores y el stock que había disponible se ha empezado a liberar y a re- gular su máximo precio de venta. En el entreacto nos hemos encontrado de todo, incluidos “profesionales de la especu- lación” con condiciones de entrega y pago leoninas, y en al- gunos casos, sin tener todas las garantías de que los produc- tos y equipos tuvieran todas las homologaciones correspon- dientes. El trabajo que mis compañeros de compras y logísti- ca han realizado ha sido titánico. Ahora que tenemos todas las garantías de ropas de pro- tección de calidad y en números suficientes para proteger a nuestros técnicos (no lo he mencionado antes, pero ellos también pertenecen al grupo de “héroes” que nos están ayudando a afrontar y, esperemos que pronto, superar esta situación), estamos ofreciendo desinfecciones de todo tipo avaladas por la garantía que da el tener un grupo humano tan experto y comprometido, así como la experiencia y la técni- ca para garantizar unas desinfecciones eficaces. Conclusiones positivas Como siempre, hay que intentar sacar conclusiones positivas de todas las situaciones. Yo considero que la gente ha crea- do una conciencia acerca de la contaminación cruzada y ha aprendido varios términos usados comúnmente en preven- ción de riesgos laborales, como el término EPI (a estas altu- ras, no creo necesario explicar a qué corresponden las si- glas), conocimiento para interpretar datos y gráficas propor- cionadas por el Ministerio de Sanidad (aunque sólo sea basa- do en la repetición) y las distintas protecciones ofrecidas por las mascarillas, los guantes, los trajes de protección, que es- tán reflejados en las normas. A este respecto, se ha hablado principalmente de mascari- llas y guantes y, a día de hoy, todos tenemos un “máster” en la protección ofrecida por estos EPIs. Considero que el EPI del que menos se ha hablado es el traje de protección química. Algunas empresas (autorizadas y no autorizadas) se han subido al carro de ofrecer servicios de desinfección sin te- ner en cuenta la protección de sus trabajadores. Recomien- do encarecidamente la lectura de la NTP 929 “Ropa de pro- tección contra productos químicos” para la elección del tra- je adecuado, usando la figura 6 como referencia para, con un árbol de decisiones, llegar a la prenda idónea para el trata- miento a utilizar.