Formación de Seguridad Laboral 166

CALZADO DE seguridad y proteccion 71 Julio-Agosto 2019 Más información: [email protected] tura insuficiente, la rigidez en las suelas y el exceso de peso del calzado. Como conclusión del informe, el 88% de trabajadores opina- ba que el calzado laboral les protegía de su entorno, pero tam- bién el 72% consideraba que les generaba a la vez problemas en los pies y en las piernas. Estos datos nos indican que el calzado laboral cumple sus fun- ciones, pero es mejorable. Concretamente los profesionales sanitarios debido al uso de zuecos están expuestos a caídas, esguinces, dedos en garra/ martillo, “hallux valgus” (HAV) y fascitis plantar, entre otras. A esto hay que sumar la responsabilidad de la gente a su cargo frente al riesgo de los posibles daños que ellos pudieran pade- cer. Calzado de mujer Otro ejemplo muy discutido es el calzado de mujer en deter- minadas profesiones como pueden ser azafatas o comerciales, por ejemplo, que utilizan zapatos de salón con tacón estrecho y por encima de 4 centímetros. Además, en numerosas ocasio- nes deben utilizarlos por imperativo de las normas de vestua- rio de su empresa. Debido a esta situación, sufren algunas pato- logías como son metatarsalgias, “hallux valgus”, dedos en garra/ martillo, neuroma de Morton y caídas, ya que están en cons- tante deambulación. Características recomendadas Con todos estos datos, debemos recomendar a todos los tra- bajadores un calzado que cumpla con las siguientes caracterís- ticas: que esté elaborado con un material confortable y trans- pirable como la piel, nunca utilizar un zapato o bota elaborado con plásticos, que la suela sea de goma semirrígida y antidesli- zante, que su largo y ancho sean adecuados, con una altura de pala correcta y que disponga de una puntera redondeada, que su tacón tenga una altura de entre dos y tres centímetros y que nunca sea mayor de cuatro centímetros, que tenga un contra- fuerte rígido, que ofrezca sujeción, que nunca sea abierto y que ofrezca una buena amortiguación ante los impactos. Además, el calzado debe ser flexible, cómodo y ligero para que durante la jornada laboral no aparezcan molestias. Visita al podólogo Debemos concienciarnos de que la elección de un calzado co- rrecto debe ir acompañado de una visita regular al podólogo. Es recomendable realizar una revisión al menos una vez al año. De esta forma, el profesional analizará nuestros pies de manera in- dividual y podrá recomendarnos el calzado idóneo para nuestro tipo de trabajo y, teniendo en cuenta nuestra propia fisiología, nos aconsejará como cuidar nuestros pies de forma específica. La revisión de nuestros pies nos permitirá detectar de una forma precoz posibles patologías concretas que pueden venir propiciadas no solo por nuestra profesión sino por otras cir- cunstancias propias, para las que el podólogo podrá ofrecer el diagnóstico más adecuado de prevención y tratamiento. Por ejemplo, si el profesional realiza un estudio biomecánico de la pisada y de la marcha y observa que es necesario utilizar ortesis plantares, nuestro calzado laboral tendrá que disponer de las dimensiones adecuadas para poder contener esa planti- lla en su interior. Por otro lado, también podrá ofrecer la solu- ción más adecuada ante problemas por exceso de sudoración. En estos casos, además de utilizar un calzado apropiado, suele ser fundamental la elección del tipo de calcetín y el material en el que está confeccionado. Es muy importante que tengamos en cuenta que la salud de nuestros pies depende en un elevado porcentaje de la elección de un buen calzado, así como de su cuidado, prevención y tra- tamiento siguiendo las indicaciones de un podólogo que, como experto de la salud del pie, propondrá las medidas complemen- tarias más adecuadas en cada caso concreto.

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