101 Julio-Agosto 2019 Más información:
[email protected] tecnologia Y PRL turas del terreno que pueden no coincidir con lo previsto, person- al, maquinaria o construcciones situados en los alrededores que no podíamos prever que estuvieran cuando estudiamos la misión. Seguidamente, deberemos señalizar o balizar la zona en la que vamos a despegar, deberemos identificarnos como “pilo- tos de drones” utilizando los equipos de protección individual necesarios (calzado de seguridad, chaleco reflectante, casco…). Por supuesto, antes de comenzar a volar, se debe realizar un chequeo de todo el equipo. Aquí, como en la aviación tradicio- nal, nos apoyamos en listas de chequeo en las que comprobare- mos que el firmware del equipo, de la emisora, del móvil o tab- let, están actualizados; realizaremos una inspección visual, cen- trándonos en las hélices, estructura del dron, gimbal y cámara, etc.; comprobaremos la carga de las distintas baterías, la acti- vación del GPS, la calibración de la brújula,… Una vez que despegamos, y antes de comenzar la misión pro- piamente dicha, debemos comprobar que todos los mandos re- sponden correctamente, que los datos de altura, carga de bat- ería, distancia, satélites sintonizados son correctos, que la señal de vídeo es de calidad. Es muy recomendable realizar un vuelo a baja altura comprobando todo lo anterior, antes de realizar el trabajo que nos han encomendado. El ayudante, fundamental También es aconsejable no realizar las misiones solo. La labor del ayudante es fundamental. Mientras uno realiza el vuelo, no perdiendo de vista al dron (si el vuelo es VLOS, es decir, a la vis- ta del piloto) el otro comprueba que la misión se está realizan- do como estaba previsto, comprueba que la zona de vuelo si- gue despejada, que la zona de aterrizaje sigue libre o que no se acerca algún curioso, que es muy habitual. Así mismo, la realización de la misión debe llevarse a cabo primando siempre la seguridad de esta. Al más mínimo proble- ma, se debe abortar. Tenemos que pensar que estamos mane- jando un equipo que, como mínimo, suele tener un peso cerca- no al kilo y medio, cuya masa, ayudada por la velocidad de caí- da, convierte en un objeto muy peligroso que puede ocasion- ar grandes daños. Pérdida de señal No se debe descartar en ningún momento la posibilidad de per- der el control por pérdida de señal del aparato, lo que denomi- namos “fly away”. Hay que estar preparado para esta circunstan- cia, prever que protocolo se debe seguir y, en caso de que fallen todas las medidas para traer de forma inmediata el dron “a casa”, haber previsto en la misión cargada al dron qué es lo más seguro qué debe hacer: continuar con la misión, volver de forma auto- mática o aterrizar. Personalmente, si la misión se ha estudiado de forma correcta, prefiero que el dron continúe con su vuelo pro- gramado. Si vuelve, lo hará en línea recta, no sabemos con segu- ridad si se encontrará o no con un obstáculo; y, si aterriza, sabe Dios sobre qué lo hará: una carretera, un colegio, una congrega- ción de personas, una infraestructura, un bosque… Completar el plan de vuelo Una vez que todo ha discurrido con normalidad, hemos realiza- do nuestro vuelo, tomado las fotografías o la información que necesitáramos, hay que pensar que nuestro “trabajo preventi- vo” no ha terminado. Debemos completar el plan de vuelo que hicimos en su día, anotando las variaciones que se han produci- do en este; debemos anotar los minutos que ha durado nues- tro vuelo, de cara a saber cuándo se deberá proceder a las revi- siones preventivas de nuestro dron; anotaremos las incidencias que se hayan podido producir durante el vuelo y anotaremos nuestros minutos “al mando” en el “diario de vuelo” que debe tener todo piloto profesional. Recogeremos todos los elementos de nuestro equipo de for- ma correcta de cara a que, cuando vuelva a ser preciso uti- lizarlo, esté en perfectas condiciones. Como curiosidad, las bat- erías se almacenarán con una carga específica del cincuenta por ciento para velar por su durabilidad. Como se ha podido observar, realizar una misión con un dron no es “llegar y volar”. Es un proceso exhaustivo, detallado y que, si se realiza correctamente, evitará riesgos innecesarios y hará que los vuelos con estos aparatos sean seguros y eficientes. La tec- nología es maravillosa y nos permite hacer cosas impensables hace poco tiempo, pero no debemos dejarnos impresionar por ella y, como prevencionistas, estar siempre en estado de alerta.