Formación de Seguridad Laboral 164

24 Marzo-Abril 2019 PRL EN trabajos de soldadura Más información: [email protected] Por 3M No hay duda de que la reciente reclasifi- cación de los humos de soldadura como cancerígenos para los seres humanos por parte de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC) ha alen- tado a muchos soldadores y a muchas empresas a reconsiderar su postura so- bre la protección respiratoria frente a este riesgo. En marzo de 2017, basándose en nuevas evidencias obtenidas a partir de diversos estudios experimentales, la IARC reclasi- ficó el humo de soldadura de Grupo 2B "posiblemente cancerígeno para los huma- nos", tal como se clasificó originalmente en 1989, a su nueva clasificación del Grupo 1 "cancerígeno para los humanos" 1) . Aunque estos cambios todavía no se ven reflejados en la nueva Directiva (UE) 2019/130 relativa a la exposición a agentes carcinógenos durante el trabajo, los lími- tes de exposición profesional son valores de referencia para la evaluación y control, pero no identifican una línea divisoria en- tre situaciones seguras y peligrosas 2) . Como resultado, es importante tener en cuenta que las clasi- ficaciones pueden quedar obsoletas cuando se dispone de nue- va información sobre los peligros de una sustancia y están so- metidas a constante revisión actualizándose periódicamente para mantenerlas adaptadas al progreso científico y técnico. ¿Qué es el humo de soldadura? Durante la soldadura, la temperatura aumenta a niveles superiores al punto de fusión de los me- tales. Estos se evaporan y condensan en partí- culas extremadamente pequeñas con diámetro inferior a 1 μm. Los humos de soldadura son una mezcla compleja de partículas procedentes del electrodo, metal y su recubrimiento, estan- do compuestos principalmente por óxidos me- tálicos, silicatos y fluoruros. Estas partículas microscópicas de metal en suspensión son lo suficientemente pequeñas como para mantenerse en una nube de humo metálico durante horas incluso días, pudiendo ser inhalados por el soldador o personas cerca- nas. Debido a su reducido tamaño pueden di- solverse en la sangre y distribuirse a lo largo de todo nuestro cuerpo dañando el sistema ner- vioso y llegando a órganos como el riñón, híga- do o el estómago. Efectos cancerígenos del humo de soldadura Los trabajadores expuestos a valores de exposición superiores al VLA podrían desarrollar efectos agudos como: irritación en los ojos, la garganta, mareos, náuseas y fiebre por humo metálicos

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