seguridad laboral 162
86 Diciembre 2018 Las causas técnicas comienzan en la política y la gestión. La coordinación de actividades empresariales (CAE) surge como necesidad de un determinado modelo productivo. Desde que el capitalismo apretó el acelerador, tras la “Segunda Guerra Mundial”, se puso un objetivo claro: cómo maximizar bene- ficios sin que los trabajadores se rebelaran contra el sistema productivo. Este paradigma, que en plena “Guerra Fría” funcionada con cierto equilibrio por el alineamiento en bloques y el temor mutuo, se desequilibró completamente tras la caída del “Muro de Berlín”, con toda su carga ideológica. Desde entonces, el capitalismo se mueve sin apenas antagonista. Un contrasenti- do peligroso, incluso para sus teóricos defensores de la libre competencia y la lucha contra los monopolios. Porque la rea- lidad es que el capitalismo casi siempre gana a costa de que la fuerza del trabajo pierda: incluso la vida. En el caso español parece claro que gran parte del empre- sariado apenas saben aplicar una receta diferente al abarata- miento de costes mediante reducción del salario y desinver- sión en prevención de riesgos laborales (PRL). Un somero pa- seo por las reformas laborales habidas nos confirma la idea 1 . Ese abaratamiento es la justificación inconfesada de por qué se realiza la descentralización productiva bajo paraguas de dis- tintas denominaciones: subcontratación, externalización, libe- ralización, privatización, etc. Mientras, formalmente, se argu- yen teóricas razones: falta de capacidad productiva; puntas o periodos de mayor producción estacionales; necesidad pun- tual de determinada fase/elemento del producto final; falta de conexión inherente a mi producto… Razones que pueden te- ner cobertura desde las diversas modalidades contractuales existentes en nuestra legislación. Sin embargo, se ha preferido recurrir a externalizar, descentralizar, subcontratar, como un mecanismo dual, de adelgazar al sector público y ofrecer ne- gocio al sector privado (o una parte de él). Así se ha ido liquidando un importante volu- men de empleos públicos (la mítica Renfe con más de 130.000 2 trabajadores ahora se redu- ce a menos de 30.000 entre el Grupo Renfe, Adif y Adif Alta Velocidad). Y parte de los ac- tivos/actividad de ese mismo sector público se ha traspasado al sector privado (más exacta- mente, a determinado sector privado) Y todo ello sin que se haya demostrado que la calidad prestada y percibida sea mejor que cuando todo se hacía con empleo público. Ni mucho menos que la seguridad haya aumenta- do. Bien al contrario, lo sucedido es que, refor- ma laboral tras reforma laboral, con el salario de cada trabajador público amortizado, se han creado hasta más de 2 puestos de trabajo pre- cario para trabajadores privados. Con las con- diciones de trabajo decente en el sector pú- blico –seguridad, formación, beneficios socia- Salud laboral y coordinación de actividades empresariales en el sector ferroviario O un provocador subtítulo : “C oordinación de actividades empresariales , descentralización productiva y otras trampas para rebajar costes apelando a la eficiencia ” Rafael García Martínez Coordinador de Salud Laboral del Sector Ferroviario de CCOO Como suele pasar en materia de PRL, no es necesario legislar más, sino hacer cumplir lo legislado de modo estricto seguridad laboral en transporte ferroviario y metropolitano Más información:
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