seguridad laboral 161

74 Octubre 2018 Articulo Tecnico Más información: [email protected] Si hablamos de herramientas eléctricas actualmente debere- mos diferenciar claramente si se trata de máquinas conectadas a la red eléctrica o si dependemos de un motor de corriente continua alimentado por una batería. Hoy en día, en el área de los trabajos profesionales pode- mos encontrar ya herramientas alimentadas por batería que nos proporcionan prestaciones equivalentes a las máquinas de cable, además de facilitarnos autonomía (no dependemos de una instalación eléctrica), facilidad de uso en áreas difíciles y, sobre todo, un extra en un importante sector: la seguridad en el día a día . Sabemos que los riesgos de trabajar con herramientas de ca- ble, por descontado, pueden ser de origen mecánico (bloqueos, roturas , etc.) al igual que las de batería, pero si hablamos de los riesgos eléctricos, estos se ven sensiblemente reducidos al ha- blar de herramientas alimentadas por corriente continua, es de- cir, las cada vez mas populares “máquinas de batería”. Todas las marcas actuales intentan dotar a sus modelos de los máximos sistemas de seguridad en el apartado mecánico con el fin de evitar accidentes para el trabajador, así como también en el apartado eléctrico existen estos sistemas en el interior de las máquinas destinados al mismo fin. Al mismo tiempo, las instalaciones de corriente alterna (110- 220 voltios) poseen sistemas diseñados para minimizar los ries- gos que conlleva el trabajo a realizar con este tipo de energía. Como hemos dicho, el mercado actual de máquinas elec- troportatiles se compone de máquinas de cable y de máqui- nas de batería, siendo ambas de un uso común en todo tipo de industria. Hasta hace un corto espacio de tiempo, las máquinas de bat- ería se consideraban un apartado meramente complementar- io, con usos muy concretos, sobre todo como ayuda al cable. Esta percepción ha cambiado notablemente en los últimos años con el lanzamiento al mercado de modelos de batería con prestaciones tanto en potencia como en tiempos de uso, que les acercan e incluso igualan a los modelos de cable. También el aprovechamiento de la energía almacenada en una batería ha cambiado notablemente desde la aparición del litio en la composicion de las baterías hasta llegar a las actuales baterias de litio de alta densidad (LiHD). Ya en estos momentos, esta tecnología empieza en algunas marcas a ser sustituida por una evolución hacia mejor, con más prestaciones, menor peso y con un futuro al que cada vez más se le augura un desarrollo extraordinario. Esta tecnología se le conoce ya como LiHD de 2ª generación. ¿Qué pueden ofrecernos estos avances? : nos brindan la posibilidad de trabajar con modelos de máquinas de batería con las mismas prestaciones que una máquina de cable, con los mis- mos sistemas de protección y con un importante valor añadido, ¡la seguridad para el operario! No dependemos de los riesgos de una red eléctrica de corri- ente alterna (110 ó 220 voltios) y sus peligros, sino de una fuente autónoma e independiente de corrien- te continua con unos valores preferentes entre 10,8 voltios y 54 voltios. No dependemos de un cable que nos recorta facilidad de trabajo e incomodidades de uso y, además, nos lastra de forma clara, en cuanto a la posición de trabajo y en lugares de poca o nula accesibilidad. No dependemos de si existe conexión a la red y nos permite el uso en cualquier lugar y situación: ¡no estamos expuestos a todos estos riesgos! ¿Cable o batería? ¿Más seguridad en el día a día? Juan Serra P.M. Herramientas Metabo S.A.U.

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