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CALZADO DE seguridad y proteccion 31 Agosto 2018 Más información:
[email protected] - Otras limitaciones que podemos encontrar en el calzado labo- ral específico es que a veces no permiten la incorporación de plantillas hechas a medida con los requerimientos necesarios para recuperar la correcta biomecánica que asegure una bue- na marcha del individuo. Ello conlleva el no cumplimiento del tratamiento ortopodológico necesario y la incapacidad del co- rrecto rendimiento laboral. Condiciones indispensables Con todo lo comentado anteriormente, podríamos dar una se- rie de condiciones indispensables que ha de cumplir el calzado para dar tanto seguridad laboral como confort al trabajador y que evite lesiones subyacentes del calzado inadecuado. Un cal- zado que dé seguridad y estabilidad al individuo en cualquier si- tuación ha de ser flexible a la par que cómodo y que ofrezca es- tabilidad tanto en la marcha como en periodos en estática so- bre un mismo punto. Ha de tener un contrafuerte que manten- ga el talón en posición correcta. La suela será de goma antideslizante con especificaciones se- gún el tipo de terreno que predomine. Ha de tener una suje- ción óptima en la zona del empeine para que el pie se manten- ga seguro en su interior. La puntera debe de ser redondeada y ha de permitir la correcta flexión de los dedos, gesto necesario en el despegue, última fase de la marcha. Se recomienda siem- pre un calzado transpirable que deje escapar el exceso de calor interior que se genera en él. Y no debemos olvidar nunca la im- portancia de la correcta elección de la talla. Generalmente, lo más apropiado es que en la zona distal, que alberga los dedos, haya la distancia suficiente entre el final del dedo más largo y el principio de la puntera del calzado. Se suele decir que debe de existir un través de dedo entre el dedo más largo del pie y el inicio del calzado. trasera y así ofrezca cierta sujeción en la zona o si no, lo idó- neo sería utilizar “zueco” cerrado que garantice una sujeción total del retropié con un contrafuerte estable que de estabi- lidad en el momento del contacto del talón al suelo en la pri- mera fase de la marcha. Así mismo, hay puestos de trabajo que requieren zapato de vestir tipo mocasín para hombre y salón para mujeres. En el caso de ellas, puede generar metatarsalgia de sobrecarga cuando el tacón es mayor de 4-5 cm. También hay que tener en cuenta la forma de la puntera del zapato que en ocasiones suele ser muy estrecha, lo cual provoca más presión en uñas y dedos menores, hecho que también da lugar a patología de compresión de dedos favoreciendo el desplazamiento lateral tanto del hallux (dedo gordo) como de los dedos menores. Otra limitación a tener en cuenta en el calzado de protección laboral son las punteras de acero que, con su afán de protec- ción de los dedos ante cualquier traumatismo directo, da lugar a su vez a una limitación en la libre flexión de los dedos en el momento del despegue (última fase de la marcha). Ello genera, en un gran número de ocasiones, problemas de dedos meno- res dolorosos debido a la presión que pueden recibir por este elemento metálico que les impide acomodarse correctamen- te en el interior del calzado. Tampoco hay que olvidar los ca- sos en que la persona padece de juanete (desviación del dedo gordo del pie en la cual da lugar a una protuberancia ósea en la zona lateral más abajo del nacimiento del dedo) y que, por su localización, suele tropezar continuamente en el calzado lle- gando a deformar el mismo. También cabe destacar los pro- blemas que se generan en las uñas siendo el más frecuente los uñeros o uñas encarnadas por la presión constante a la cual se ha sometido el dedo dentro de este zapato de seguridad. La puntera debe de ser redondeada y ha de permitir la correcta flexión de los dedos
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