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32 Abril 2017 Seguridad en catastrofes y emergencias Más información: [email protected] El fuego es un elemento natural a partir del cual han evolucio- nado y se han adaptado los diferentes ecosistemas. Provoca, en muchos casos, el regenerado de las masas forestales ya que eli- mina materia muerta, matorral e individuos viejos o enfermos, permitiendo así que la luz solar llegue a los individuos más jóve- nes. Sin embargo, debido al cambio climático los incendios fo- restales son cada vez más agresivos y, por consecuencia, más peligrosos. Desde 1980, en España 291 personas han muerto en incendios forestales entre personal dedicado a la extinción y personal civil. Lo que no se ha contabilizado son aquellos bom- beros forestales que al volver a casa sufren las consecuencias de la lucha contra el fuego. Son los humos, la deshidratación y los sobreesfuerzos los que pasan factura a largo plazo al bom- bero forestal. Humo El humo de los incendios forestales puede enrojecer los ojos, irritar el aparato respiratorio y agravar enfermedades cardíacas y pulmonares crónicas. En combustiones con falta de oxígeno puede producir monóxido de carbono CO, que al combinarse con la hemoglobina produce dolor de cabeza, fatiga, adorme- cimiento y la conocida como “muerte dulce” típica de las estu- fas antiguas. El nitrógeno que contienen las plantas produce al quemarse óxidos de nitrógeno NO 2 y NO X , gases que también son emitidos en aglomeraciones de tráfico, que pueden tener afecciones a la salud como inflamación de las vías aéreas, pro- blemas en el hígado y en el bazo, mal funcionamiento del siste- ma inmunológico y del circulatorio y pueden provocar a su vez infecciones pulmonares e insuficiencias respiratorias. Los incen- dios forestales también generan en bajas proporciones dióxi- do de azufre SO 2 , gas que al reaccionar con la humedad de la atmósfera produce la “lluvia ácida”. La contaminación por SO 2 está asociada a problemas de asma, edema pulmonar y bron- quitis crónica. Deducimos entonces que el humo en incendios forestales es altamente perjudicial, sobre todo, en vías respiratorias en un alto porcentaje. Por ejemplo, la NASF (National Associaton of States Foresters) registró 12.000 casos de problemas en vías respiratorias de los 30.000 combatientes de los incendios de Yellowstone Park en 1988. EPI Las mascarillas de partículas, comunes en los equipos de pro- tección individual –de aquí en adelante EPI– no son eficientes a Daños a largo plazo y uso de EPIS, claves para entender la PRL en el ámbito de los incendios forestales Santiago Sánchez Bombero forestal de la BRIF Prado de los Esquiladores (Cuenca) Es muy importante que la ropa de trabajo permita la transpiración y así disminuya la temperatura corporal

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