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FORMACION EN PRL Y COACHING PREVENTIVO 89 Diciembre 2016 Más información:
[email protected] En noviembre se cumplieron 21 años de la entrada en vigor de la Ley de Preven- ción de Riesgos Laborales. 21 años en los que hemos visto cómo han disminui- do de manera significativa las alarmantes cifras de accidentalidad laboral en Espa- ña. 21 años en los que hemos presencia- do como la conciencia social sobre la ne- cesidad de la prevención de riesgos labora- les en cada puesto de trabajo, ha aumen- tado de manera significativa. No obstante a lo anterior, la mayoría de esfuerzos y re- cursos han ido encaminados a cubrir un re- quisito normativo más que a fomentar ac- titudes proactivas en la cadena de mando y los trabajadores. A lo largo de los años la Ley (31/95) ha ido evolucionando con la aparición de R.D. y regulaciones específicas que la han hecho cada vez más exigente, pero echo en falta medidas que animen, impulsen o motiven a cumplirla. Por mi actividad diaria como asesor de directores generales y directores de RR. HH. enseñándoles a rentabilizar su inversión preventiva, puedo contrastar que cada vez más los empresarios salen de la histórica visión “la PRL es un impuesto revolucio- nario” pasando gradual y evolutivamente a invertir más recur- sos en políticas preventivas y planes de prevención, pero toda- vía hoy son muy pocos los que emplean sus recursos a diseñar metodologías o herramientas que garanticen la eficacia de las medidas que se adoptan en la “la trinchera”, que a la postre es “donde se cuecen las habas”. Es decir, que mucha norma, se- guimiento y control pero poco sistema que garantice que todos los trabajadores de la organización desarrollen su actividad de manera consciente en cada momento de acuerdo con los ries- gos existentes. En los 27 años que llevo en el sector de la PRL y con más de 850 juicios a mi espalda, os puedo decir que no he visto un solo accidente que pase por una sola causa, siempre son un cúmulo de circunstancias que se dan en el mismo momento y en el mis- mo lugar, incurriendo en más del 85% de los casos estas tres ti- pos de causas: La prisas, a veces no por qué el mando le achuche, simple- mente para arañarle tiempo al tiempo y tomarse un café con el compañero o fumarse un cigarro en el patio de la empresa. El exceso de confianza. Cuántas veces hemos oído la famosa frase “llevo 20 años trabajando de lo mismo y nunca me ha pasado nada, qué me va a pasar…”. La falta de método, o si lo hay, el trabajador se lo ha saltado Cada una de estas tres situaciones denota una clara e insufi- ciente percepción del riesgo por parte del trabajador y mando que lo consiente, así como una falta de incentivo de estas polí- ticas preventivas orientadas al logro, la motivación y la genera- ción de buenos hábitos. Mi experiencia en la gestión del cam- bio de la cultura preventiva de más de 500 organizaciones me dice que o trabajamos muy de cerca este tema de la percepción del riesgo en las organizaciones y los buenos hábitos o por más normas y procedimientos que pongamos, los accidentes no ba- jarán. Prueba de ello es el alarmante repunte al alza de la acci- dentabilidad de nuestro país en los cuatro últimos años, donde año a año la accidentabilidad se incrementa respecto al año an- terior de manera significativa. De trabajar bien este parámetro de la mejora de la percep- ción del riesgo, conseguiremos disminuir los índices de inciden- cia, un aumento de la productividad y calidad de nuestros pro- ductos/ servicios y una mayor satisfacción/motivación de los tra- bajadores para con su trabajo y la compañía. En este contexto echo en falta programas que actúen sobre las áreas del comportamiento, que tiendan a estimular a la uti- lización eficiente de los programas y medidas de PRL, estable- Cómo el coaching ayudará a cambiar la cultura preventiva de su empresa Xavier Pladevall Gerente Acció Preventiva y Fahrenheit Consultors
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