formación seguridad laboral 144
54 Diciembre 2015 FORMACION EN PRL Y COACHING PREVENTIVO ras de trabajo, lo que aumenta la sensación de obligación y ma- lestar de los trabajadores. Incluso encontraremos algún trabaja- dor con poca motivación que realice algún comentario del tipo “esto no sirve para nada”. Ese es el momento donde el forma- dor debe poner más de sí y dar la vuelta a la tortilla: debemos hacer que los trabajadores se sientan parte de la formación, de- bemos hacer visibles las ventajas de la misma y, para ello, debe- mos evaluar nuestra presencia en el aula, nuestra capacidad de comunicar y nuestra empatía. Si el chico de la tercera fila está cerrando los ojos es que algo no va bien, pueden ser los conte- nidos, nuestro tono de voz o incluso puede ser que debamos bajar la calefacción del aula. Todo se debe tomar en cuenta. Evaluación sumativa En cuanto a la evaluación sumativa, la que se lleva a cabo al fi- nal de la formación, es la que más desarrollamos ya que es difícil encontrar un curso donde no se realice al menos un pequeño examen al final. Sin embargo el examen se refiere normalmen- te a los conceptos y mi opinión es que es un error dedicarnos en exclusiva a ellos, ya que en muchas ocasiones nos encontra- mos accidentes de trabajo donde el trabajador dominaba los conceptos y a pesar de ello ha tenido un accidente. Es, por tanto, necesario evaluar también la parte procedimen- tal y actitudinal del trabajo. Si entendemos éste como un con- junto complejo de conceptos, procedimientos y actitudes, no puede esto dejar de ser un reflejo de la formación y, por tanto, debe ser evaluado adecuadamente. Tanto es así que tenemos que adaptar los exámenes a esta realidad e incluso realizar otro tipo de pruebas en función del puesto de trabajo, como por ejemplo casos prácticos donde se ponga de manifiesto la reali- dad de los accidentes de trabajo con altos componentes proce- dimentales y actitudinales. Es evidente que este pequeño artículo no es más que un bo- ceto del importante trabajo que debemos realizar para evaluar la formación preventiva. Sin embargo, pone de manifiesto su importancia a la hora de hacer que nuestro trabajo como técni- cos sea más útil en la práctica. do como formación inicial para un grupo de tra- bajadores que acaban de empezar en su puesto de trabajo, los contenidos irán enfocados a la in- formación básica en materia de prevención, sobre los riesgos más importantes y sus medidas preven- tivas y los procesos de trabajo seguros. En el caso de la formación continua de trabajadores expe- rimentados, el enfoque tendrá más que ver con el recuerdo y la sensibilización que con la asimila- ción de conceptos que ya son conocidos. Son mu- chas ocasiones en las que los trabajadores me di- cen “este curso yo ya lo he hecho”; es ahí donde cometemos el error, al plantearlo como una repe- tición, más que como una sensibilización. Ya en la NTP 559 relativa a los sistemas de gestión preven- tiva, en cuanto a formación e información, divide la formación en inicial y continua. Es, por tanto, en este momento donde debemos diseñar co- rrectamente los contenidos, para evitar una pérdida de inte- rés del trabajador. Los contenidos deben ser consecuentemen- te adecuados al alumno y a los objetivos, interesantes, cercanos y creíbles, para que el trabajador se identifique con ellos y se sienta parte del proceso formativo. Evaluación formativa En cuanto a la evaluación formativa durante el proceso de la for- mación, tiene carácter regulador, orientador y autocorrector. Por ejemplo, debemos preguntarnos, ¿estamos utilizando el len- guaje correcto? ¿Nos estamos adecuando a los tiempos y con- tenidos planteados? ¿Estamos siendo lo suficientemente dinámi- cos? ¿Utilizamos ejemplos adecuados? ¿Hacemos participar a los trabajadores? ¿Hemos conseguido involucrarles en la formación? En muchas ocasiones nos encontramos con grupos que es- tán siendo formados en horarios difíciles o después de unas ho-
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