formacion seguridad laboral 143
102 Octubre 2015 PRL EN EL SECTOR sanitario El estar bien anímicamente nos ayudará a estar bien física- mente, al igual que el estar bien físicamente nos ayudará a es- tar bien anímicamente. Ello significa que podremos cuidar bien a los demás si primero podemos y sabemos cuidar de noso- tros mismos. Datos y conclusiones Analizando los datos de aquellos profesionales que han asistido a sesiones de formación y a talleres prácticos de métodos de prevención del estrés, puedo concluir que: Un 71% de los participantes no presentaban signos de estrés laboral (“burnout”). Para 12,8% los marcadores estresores eran producidos por variables externas a su ámbito laboral como la muerte de al- gún ser querido, desestructuración familiar, desempleo, etc. Y un 16,2% restante estaba sometido a algún factor de es- trés. Un 82% de este último grupo de participantes mani- festó que, tras haber adoptado el hábito de poner en prác- tica, al menos, dos de los métodos de prevención de estrés expuestos anteriormente, han experimentado una mejoría considerable. Es muy importante tener presente que “el estrés nocivo no se encuentra en el medio ambiente, sino que se trata de un es- tado interno de la persona”. No existen fórmulas mágicas para que gestionemos nues- tro estrés; “el éxito” está en el cambio de nuestros hábitos y, como hemos podido comprobar, sencillas variaciones pueden ser grandes aliadas para preservar nuestra buena salud. Estilo de vida saludable: cuidado de la alimentación y los há- bitos. Todos conocemos o hemos oído hablar sobre los be- neficios que la dieta mediterránea representa para nuestra salud y su papel en la prevención de muchas enfermedades crónicas, todo ello evidenciado científicamente. Para conse- guir familiarizarnos y no olvidarnos de los alimentos que pro- pone dicha dieta es conveniente tener una fotografía de la pirámide alimenticia siempre a nuestro alcance (por ejem- plo, en la puerta de nuestra cocina), para poder consultarla en cualquier momento y poco a poco ir introduciendo aque- llos alimentos más recomendados en sustitución de aquellos que no lo son tanto. Hay otras medidas que, también sencillas, no son menos im- portantes que las expuestas como son: realizar una buena ges- tión de nuestro tiempo, delegando tareas, marcando objeti- vos concretos o aprendiendo a decir no ; mantener actividades de ocio gratificantes, como leer un libro o hacer punto; cuidar el entorno de trabajo, manteniendo el orden y limpieza; hacer descansos intermitentes durante nuestra jornada laboral, susti- tuyendo un solo descanso prolongado por pausas más breves; fomentar las relaciones sociales positivas en nuestro entorno la- boral, evitando las conversaciones destructivas sobre el trabajo o aquellas que sólo nos irritan o desgastan y hacer un uso salu- dable del sentido del humor. Es muy importante tener presente que el estrés nocivo no se encuentra en el medio ambiente, sino que se trata de un estado interno de la persona
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