formacion de seguridad laboral 137
76 Octubre 2014 prl en el pa s vasco cantabria y asturias Cuando se produce un accidente de trabajo, y sobre todo cuan- do a consecuencia del mismo fallece el trabajador, saltan todas las alarmas, los medios de comunicación se hacen eco como noticia de primera página, en la empresa se produce un impac- to traumático que suele hacer que se replantee toda su políti- ca preventiva y da lugar a que se modifiquen estructuras; en el sector de actividad en el que ocurrió el accidente también se toma el hecho como un importante referente, se inicia por par- te de los órganos competentes de las administraciones (institu- tos de prevención de riesgos, Inspección de Trabajo y Seguridad Social) los procedimientos de investigación, se abren diligencias en Fiscalía y Juzgados a fin de determinar la posible existencia de responsabilidades y, en definitiva, se ponen en marcha todos los mecanismos de reparación y compensación. Sin embargo, los accidentes si se previenen adecuadamente, son evitables. En la investigación de los accidentes se acaban de- terminando lo que denominamos causas inmediatas, como las que de forma más cercana han dado origen a la acción, vincula- das siempre a lo último que ocurrió (falta de una protección, no utilización de una prenda de protección personal, una distrac- ción del trabajador, etc.) y también se analizan las causas media- tas alejadas del momento del suceso, aquellas que han puesto las condiciones para que pudiera concurrir la última causa que origina el accidente (derivadas de la organización de la empresa, procedimiento empleados, formación de los trabajadores, etc.) y se suele acabar con una conclusión de que, adoptando unas y otras medidas, el accidente podría haberse evitado. Políticas preventivas Partiendo de esta premisa –y que aunque el objetivo de las po- líticas de prevención no solo deben dirigirse a prevenir los acci- dentes de trabajo y enfermedades profesionales, sino también mejorar las condiciones de trabajo con el objetivo de hacer em- presas saludables–, es un axioma generalmente aceptado que es más rentable prevenir que reparar. Por ello, abordaremos los elementos claves que a nuestro juicio deben ser el objetivo de estas políticas preventivas. La primera de ellas pensamos que debe ir dirigida al ámbito educativo. Todos los expertos están de acuerdo que para reali- zar cambios sociales hay que actuar en el ámbito educativo. Por ello, es imprescindible difundir e inculcar la cultura de la preven- ción en todos los sus niveles, con los más pequeños, para que sean conscientes de los riesgos, los identifiquen y sepan actuar Un beneficio para todos Amalio Sánchez Grande Director del Instituto Cántabro de Seguridad y Salud en el Trabajo-ICASST Desde el ICASST se diseña anualmente un programa de formación dirigida esencialmente a especialistas y profesionales de la prevención
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