formacion de seguridad laboral 137
“Aquel que prevé, es dueño de sus actos”. Johann Wolfgang Goethe OPINIoN 5 Octubre 2014 EPI, formación y protocolo: “vacuna” para los profesionales sanitarios frente al Ébola E l nombre de Teresa Romero ocupa –desgraciadamente– las principales noticias de los medios de comuni- cación en las últimas semanas. Se trata de la primera persona contagiada en Europa por Ébola. Ella formó parte de manera voluntaria del equipo que atendió a los dos religiosos españoles infectados por el virus como auxiliar de enfermería. A raíz de este triste acontecimiento podemos extrapolar la consideración de contem- plar la prevención como una inversión, no como un gasto, una idea que desde nuestra revista hemos repetido hasta la saciedad. Por primera vez, un (presunto) accidente laboral adquiere unas dimensiones que van más allá de los perjuicios a una entidad, que ya de por sí resultan intolerables. Y es que la economía de un país se ve comprometida, así como la percepción por parte de la sociedad del concepto de seguridad. Este inquietante “efecto mariposa” es posible erradicarlo apostando decididamente por la seguridad laboral. Por otra parte, esta infección ha propiciado que tanto en prensa, en radio y en televisión se hable de forma inusitada de los EPI, término acuñado con asiduidad únicamente en medios especializados en prevención. Desde la Asociación de Empresas de Equipos de Protección Personal (ASEPAL), entidad que agrupa a los fabricantes y distribuidores de equi- pos de protección individual (EPI) en España, se quiere transmitir que estos “constituyen una barrera eficaz en la protección de la salud y seguridad del usuario del equipo”. Sin duda alguna, en nuestro país, y gracias a la incansa- ble y necesaria labor realizada por ASEPAL “que realiza unas imprescindi- bles tareas de formación y asesoramiento entre sus asociados”, disponemos de unos EPI de calidad. Para que un EPI ofrezca el nivel de protección adecuado entran en juego dos variables decisivas: el proceso de selección y la formación pertinente para un uso correcto. Desde el ámbito sanitario se ha denunciado la nula o insuficiente formación en el uso de los EPI, con cursos de escasa duración y en los que las dudas no quedaban del todo solventadas, añadiendo el desco- nocimiento de los protocolos. Esta cadena de acontecimientos ha propiciado que desde la Asociación Madrileña de Enfermería (AEME) se solicite “la apertura de las diligencias oportunas para la depuración de las responsabilidades administrativas y/o penales en referencia a la vulneración de los trabajadores en materia de seguridad”. La última hora que conocemos es que los tribunales dirimirán si el contagio de Teresa Romero ha supuesto un delito contra la seguridad laboral. Esperemos que de esta forma se resuelvan cuestiones de vital importancia tales como si recibió una formación ade- cuada, si el nivel de protección de los EPI facilitados era el correcto, la validez del protocolo aplicado –que ha sufrido modificaciones– y el contenido de las llamadas al servicio de prevención para conocer, de este modo, las pautas que le consignaron. Las desafortunadas y lamentables palabras del consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Javier Rodrí- guez, y la errática comparecencia de la ministra de Sanidad, Ana Mato, han marcado el inicio de un debate que debe centrarse en asegurar la salud laboral de los trabajadores sanitarios y no en convertirles ni en víctimas ni en responsables de una gestión de la prevención en ocasiones negligente y peligrosa. Desde Formación de Seguridad Laboral contribuimos a la creación de una cultura preventiva dedicando un blo- que del presente número a la prevención en el ámbito sanitario, en el que incluimos artículos sobre agresiones a los trabajadores del sector y sobre planes de emergencias. Estas cuestiones entroncan directamente con la propuesta planteada por el Observatorio de Seguridad Integral en Centros Hospitalarios (OSICH) –cuyo presidente es Carlos Ruiz Virumbrales– que propugna la obligatoriedad de estructurar y articular la seguridad en estos lugares como un departamento con entidad propia que no esté integrado en otras áreas más amplias. Para concluir queremos transmitir desde FSL nuestros deseos de una total recuperación a Teresa Romero, una profesional valiente y solidaria. “Para que un EPI ofrezca el nivel de protección adecuado entran en juego dos variables decisivas: el proceso de selección y la formación pertinente para un uso correcto”
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