formacion de seguridad laboral 137

34 Octubre 2014 PRL EN EL SECTOR sanitario tas habilidades de comunicación, como las citadas anterior- mente, puede evitar en muchas ocasiones que lleguen a mate- rializarse. Para ello, el profesional sanitario deberá saber apre- ciar determinados aspectos, tanto en la comunicación verbal (contenido del mensaje), comunicación paraverbal (tono, vo- lumen, ritmo y entonación), como la comunicación no verbal: gestos (movimientos bruscos, posturas defensivas o de ata- que, aspavientos, resoplar, temblor en los labios, músculos en tensión, etc.) y conductas (con objetos, hacia las personas). Factores que ayudan a evitar una agresión son, entre otros, el conocimiento de la organización o de los procedimientos establecidos, una actitud positiva hacia el usuario o de los acompañantes y una escucha activa manteniendo el contacto visual y evitando actitudes agresivas. Por el contrario, el uso del lenguaje o actitudes agresivas, minimizar las quejas, interrumpir, contraargumentar, criticar o rechazar las demandas del paciente de forma no razonada y no dar una información veraz son factores que pueden gene- rar situaciones de violencia. De seguridad pasiva: ▪ Dispositivos de alarma o interfonos en las consultas. ▪ Videocámaras de vigilancia, garantizando la confidencialidad e intimidad de profesionales y usuarios. ▪ Salidas alternativas en los espacios de consulta o, en su de- fecto, mantener las puertas abiertas y permitir el contacto visual con otros compañeros de trabajo. ▪ Cartelería informando de las actitudes agresivas y de sus consecuencias legales. ▪ En actividades que se consideren de riesgo, el pro- fesional no debe actuar solo (pacientes psiquiátricos, con perfil agresivo…) De seguridad activa: Servicios de seguridad privada de cada hospital. Notificación de las agresiones Es fundamental comunicar a los servicios de pre- vención de cada centro todas las agresiones, ya sean verbales o físicas, indicando el lugar donde se producen y las circunstancias. De este modo, se podrá hacer un seguimiento y valoración de la efi- cacia de las medidas adoptadas, así como de la ne- cesidad o no, de realizar variaciones o introducir nuevas medidas. lógicos, personales, emocionales, familiares, sociales, cogniti- vos y ambientales. Medidas preventivas No podemos prevenir las situaciones concretas, pero tenemos la posibilidad de prevenir circunstancias que provocan, inducen o agravan los conflictos y llevan a la agresión. Podemos interve- nir en distintos ámbitos para mejorar la prevención a través de: ▪ La organización. ▪ El ambiente. ▪ La seguridad. ▪ La formación del personal. ▪ Detección de las situaciones de riesgo de agresión. ▪ Tener conocimiento de las herramientas de comunicación para aumentar la probabilidad de evitar llegar a las situacio- nes conflictivas. ▪ Aumentar la sensación de control de la situación del perso- nal hospitalario. Prevención de las agresiones físicas, verbales y psicológicas Para prevenir este tipo de agresiones es importante: ▪ Adquirir formación que permita detectar las situaciones de riesgo. ▪ Tener estrategias de comunicación para establecer una comuni- cación empática con el usuario o acompañante. ▪ No tolerar ningún acto agresivo. ▪ Conocer el protocolo de actuación que tenemos establecido. Para prevenir posibles agresiones es importante tener las si- guientes habilidades de comunicación: conocer las bases de la comunicación, asertividad, escucha activa, empatía, banco de niebla y disco rayado. Podemos diferencia entre distintas habilidades: De carácter personal: Detectar las situaciones de riesgo de agresión antes de que ocurran y que el profesional sanitario esté dotado de unas cier- Detectar las situaciones de riesgo de agresión antes de que ocurran puede evitar en muchas ocasiones que lleguen a materializarse

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