formacion seguridad laboral 135
68 Junio 2014 prl en CAtaluna El EPI es a la prevención como el fármaco a la Medicina: malo poca dosis, malo excesiva. Para nosotros esto es fundamental. No pretendemos solventarlo todo con EPI: úni- camente si no hay alternativa posible. Se debe proteger en el origen: una jeringa se- gura antes que un guante grueso, una cabina antes que una mascarilla, un apantallamiento antes que unos cascos. También evitamos la sobreutilización. Un ejemplo son los guantes: fundamentales para evitar un contagio de hepatitis, sin embargo llevarlos siempre y cuando no procede po- dría generar contaminaciones o falsa sensa- ción de seguridad. En nuestro hospital contamos con nume- rosos EPI: mascarillas, gafas antisalpicaduras, delantales plomados, desde guantes no estériles hasta buzos in- tegrales, por ejemplo, como protección ante agentes biológicos de alta transmisibilidad. Tan importante como la elección del equipo, es el entrena- miento con éste. -En cuanto a siniestralidad laboral, ¿cuál es la situación? ¿Qué medidas se aplican para reducirla y controlarla? Creo que en estos últimos años hemos logrado mayor sensi- bilización de los trabajadores frente a las situaciones genera- das por la propia actividad y hemos conseguido aumentar el re- gistro de exposiciones de potencial riesgo. El registro es funda- mental para conocer el comportamiento de la accidentabilidad y poderla combatir. Son las lesiones osteomusculares, secunda- rias a la manipulación de cargas y a la movilización de pacien- tes, las lesiones más frecuentes, aún a pesar de la incorporación de equipos de trabajo y de la formación. Otro grupo de gran importancia, especialmente por sus consecuencias potenciales, son los pinchazos, cortes y salpicaduras con material biológico que los profesionales pueden sufrir en su actividad diaria. Afor- Aún con todo, el peor riesgo para un prevencionista es siem- pre el desconocido. De ahí la importancia de las evaluaciones de riesgo, a través de mediciones, cuestionarios, entrevistas... Dudar por si algo puede analizarse diferente y escuchar al trabajador an- tes de cerrar cualquier medida. El riesgo percibido por el trabaja- dor se correlaciona muy bien con el objetivado en general. En nuestro hospital hemos realizado unas 4.500 evaluaciones de puestos de trabajo en los últimos siete años. Aún así, cerra- mos hoy una evaluación y mañana es posible que se inicie una técnica nueva o que incorporemos un nuevo equipo y, por tan- to, ya se requiera de un nuevo análisis. Lo más constante es el cambio. Por ello, es fundamental priorizar las estrategias a implemen- tar. Para llevar a cabo el tratamiento necesario, creo que hace falta la suma de varios factores: - Una Dirección sensible e implicada, que incluya la prevención de riesgos en los objetivos estratégicos del Hospital. Noso- tros afortunadamente contamos con ello. - Complicidad con los mandos, los verdaderos motores de la PRL en las áreas de trabajo. En nuestro hospital están forma- dos como recursos preventivos y son garantía de las condicio- nes de seguridad en los puestos, de la realización de las ins- pecciones de seguridad, de la aportación las fichas de riesgos, de la entrega de EPI, del análisis de los accidentes, de la detec- ción de nuevos riesgos… - Consenso y sinergia con la representación social. Otro motor fundamental en nuestra institución. En el HCB los delegados de prevención desarrollan una gran actividad y apuestan fuer- temente por la prevención. Una muestra es el número de re- uniones que el equipo del SPRL ha mantenido con los dele- gados de prevención el pasado año: lejos de los 4 Comités de Seguridad y Salud, hemos mantenido un total de más de 100 reuniones con delegados de prevención durante el 2013. -¿Qué equipos de protección individual se proporcionan a los trabajadores? ¿En qué medida estos EPI facilitan la labor de los empleados y qué riesgos eliminan?
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