En la medida en que el nivel de desarrollo social y económico de una sociedad se incrementa, su tolerancia respecto de determinadas realidades desciende de manera inversamente proporcional. Así ocurre con la salud y la seguridad laboral. Los empresarios guipuzcoanos como parte de dicha sociedad, hacemos nuestra esa afirmación siendo conscientes, como cualquier ciudadano, de que un significativo número de actividades económicas, especialmente las de carácter industrial, se realizan en condiciones objetivas de riesgo. Por esa razón, trabajamos diariamente para que ese riesgo no se traduzca en afecciones para la salud y seguridad laboral. Pero la prevención no es una labor que podamos hacer solo nosotros porque es una tarea común, un campo en el que empresarios, trabajadores y sus representantes debemos colaborar.
Es muy habitual oír que los empresarios no cumplen la normativa en materia de prevención y que los accidentes se deben a la temporalidad. Pues bien, este discurso tantas veces repetido es tan fácil como falso.
Las empresas y los empresarios cumplen la normativa que, conviene recordarlo, tiene problemas a la hora de su aplicación. En los últimos tres años, las actas de infracción incoadas por la autoridad laboral en Gipuzkoa afectan única y exclusivamente al 0,7% de todas las empresas, según datos oficiales.
Es indudable que la Ley de Prevención de Riesgos Laborales supuso un innegable avance, pero el redactor de la ley cuando la elaboró tenía “in mente” una empresa grande que se enfrentaba a riesgos de carácter industrial (atrapamientos, quemaduras, caídas, etc.) y elaboró una norma que impone un conjunto de deberes y obligaciones amplio y extensible a todo tipo de empresas, independientemente de su tamaño y sector.
Estamos convencidos que el riesgo está en la actividad que se realiza y no en el contrato que se firma. En el ámbito privado, sectores de temporalidad alta como el comercio o la hostelería, tienen una siniestralidad muy baja, y sectores con ínfima temporalidad, siniestralidad más alta, como el metal o la química. Lo que sucede es que el reflejo estadístico está condicionado por la construcción que es una actividad de riesgo y de alta temporalidad por su propia naturaleza.
Accede al resto del contenido La prevención, del discurso al compromiso.