María del Carmen Sevilla Ortega
María del Carmen Sevilla Ortega Responsable del Área de Prevención de Riesgos Laborales MARE S.A. (Medio Ambiente, Agua, Residuos y Energía de Cantabria S.A.M.P.)

Recogida selectiva arcaíca

basura

Siempre me pregunto por qué en el siglo XXI se sigue recogiendo la basura selectiva, de forma manual.

Cuando me refiero a basura selectiva, me refiero a la de los contenedores amarillos y azules o, mejor dicho, los envases ligeros y papel y cartón.

Dos personas, perfectamente uniformadas se bajan del vehículo y una con un joystick en la mano maneja la grúa y otra engancha con las manos el polipasto de la grúa en la argolla del contenedor que tiene en la parte superior. ¿Cómo puede ser esto?

Muchos de vosotros y vosotras me entenderéis porque lo habéis visto muchas veces. En algunas zonas, sobre todo en zonas urbanas y semiurbanas con poca dispersión entre paradas, es de difícil comprensión, desde un punto de vista de eficacia y eficiencia de la propia actividad, pero la realidad es que sigue existiendo en muchas localidades de España.

El contenedor, una vez es izado con la grúa del camión, se coloca en la parte superior del camión, y la persona que dirigía los mandos, normalmente el conductor, acciona otro gancho con el mismo mando para que se abran las compuertas y salga el residuo por su propio peso (a veces papel-cartón y otras veces envases).

La gente en la calle piensa que no se recicla y que todo va al mismo sitio sin darse cuenta que estos camiones, lo separan con una tolva bicompartimentada. Según lo que se recoja, la persona que maneja el joystick usa la tolva y la plancha metálica que separa un residuo del otro.

Pero volvamos a lo de antes: ¿dos personas para recoger un contenedor?

Estamos en el siglo XXI repito.

¿Qué pasa? ¿Que no se ha inventado la carga automática?

Pues efectivamente este tipo de cargas sí se han inventado y son capaces de que sin que salga el conductor o la conductora del camión, se recoja los contenedores.

Estos vehículos disponen de unos brazos laterales que cuando se accionan enganchan el contenedor a modo de abrazo y lo levantan girándolo directamente a la tolva.

¡Increíble!, ¿verdad? Y sin entrar a valorar la eficiencia y eficacia del sistema de recogida, y analizando la misma únicamente desde un punto de vista preventivo, podríamos jugar al juego de los errores, porque si analizamos los riesgos existentes en uno y en otro se puede comprobar lo siguiente:

En el primer caso, el riesgo de atropello al personal de recogida se elimina, dado que estas personas ya no bajarían del vehículo a realizar la recogida.

Segundo, los golpes con objetos en movimiento se elimina, dado que ya no está cerca la persona, ya que no baja del camión y además el contenedor no oscila por el aire al izarlo, ya que es enganchado con unos brazos de manera uniforme, evitando riesgos para aquellos y aquellas viandantes de la zona.

Tercero, y aunque parece el más liviano, no lo es, los sobreesfuerzos. El subir y bajar del vehículo toda la jornada. Todos los días de la semana. Del mes. De la vida… Se reducen a la subida y bajada del principio y final más las que hagas para realzar el descanso recomendado.

A todo esto tenemos que añadir unos riesgos que contemplan ambos métodos y que en algunos casos son mas fácil de resolver y en otros no tanto.

La seguridad vial está presente en los dos casos y esto si que no se puede evitar. El reciclado, la formación en conducción segura, conducción en condiciones de lluvia o cómo actuar en caso de accidente y/o vuelque, son las medidas preventivas mas recomendadas. Además de tener un grado de aptitud óptimo por parte de la persona que conduce. Y no me refiero únicamente a que la persona no tome alcohol. En los tiempos que vivimos el estrés, los problemas familiares, el entorno, nos afectan a todos y a todas. ¿Y quién no se ha llevado en alguna ocasión su problema personal a la oficina? Tenemos que recordar que la oficina del personal de recogida es la cabina del camión y el grado que tiene que disponer de concentración en muchos casos es muy elevado. Todos estos riesgos tienen un denominador común que incrementan el riesgo de todos ellos y que se da en ambos sistemas de recogida, y es que la recogida de residuos se realiza en la mayoría de los casos en horario nocturno.

Efectivamente, las recogidas se hacen por la noche. ¿Por qué? Pues aún no lo tengo muy claro, pero la realidad es que, en zonas rurales, la acumulación de vehículos estacionados no es elevada salvo tal vez en verano, pero el resto ¿qué? En mitad de febrero, en un pueblo de montaña, un día de lluvia, ¿qué explicación tiene realizar la recogida a las 4 a.m.? Solo encuentro la explicación de la de despertar a los vecinos que haya en ese momento porque por lo demás, no sé qué pensar, el contenedor es el mismo, la ruta es la misma, la circulación ciertamente es más abundante, pero se ve, hay luz solar, el personal trabaja con horarios que ayudan a la mente a estar más despejados y los riesgos en cierto modo se han reducido.

¡Ah! ¿Qué los trabajadores no cobran pluses de nocturnidad? También es cierto, pero sin entrar en rentabilidades ni factores económicos, el factor salud debería de ser suficiente y lo primero.

Y he de reconocer que, al lado de la playa en mitad de agosto, los contenedores no se pueden recoger a las 12 del mediodía. Así que igual las recogidas deberían seccionarse según la época del año y dependiendo de las zonas donde se tenga que recoger.

En conclusión, y al igual que en otras muchas actividades y aspectos organizativos, la prevención y la salud de los trabajadores y trabajadoras debería de ser uno de los factores considerados en origen en la definición de cualquier servicio y en especial en el de la recogida de residuos, no solo en los métodos de recogida utilizados, sino en la planificación y organización de turnos y rutas.

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