El crecimiento de los núcleos urbanos e industriales, así como el aumento del número de vehículos y el estilo de vida actual, han hecho que sea imprescindible la labor de limpieza vial.
Dentro de la limpieza vial se incluye una diversidad de puestos de trabajo y de actividades. En este artículo pretendemos describir los riesgos más generales del sector. La actividad abarca a 45.375 trabajadores que en el año 2014 sufrieron 4.761 accidentes con baja, de los que 26 fueron catalogados como graves o mortales, tal y como se recoge en el fichero informatizado del parte de accidentes de trabajo.
Dentro de los medios habituales para mantener las calles limpias, destacan el barrido y el baldeo. Estas técnicas pueden ser manuales, mecánicas o mixtas, con la ayuda de un vehículo motorizado y de camiones de basura que recogen de manera automática o semiautomática los contenedores de mayor tamaño. Normalmente se utiliza una combinación de métodos basados en la disponibilidad de los equipos, el tipo de suciedad que suele encontrarse en la zona y otros factores. En la actualidad, uno de los métodos más novedosos de recogida de basura es el de la recogida neumática, que absorbe por efecto del vacío los residuos introducidos en depósitos soterrados y los transporta por tuberías hasta su destino, evitando el uso de camiones de basura.
La actividad abarca a 45.375 trabajadores que en el año 2014 sufrieron 4.761 accidentes con baja, de los que 26 fueron catalogados como graves o mortales
El equipo convencional de trabajo de los limpiadores consta de escobas, recogedores, cepillos, rascadores, palas, carritos, cubos, sopladoras y otros utensilios y productos de limpieza para el barrido; además de una manguera, la boquilla y una llave de la boca de riego para el baldeo. Para la limpieza de fachadas con chorro de arena existe un equipo de trabajo específico.
El barrido mecánico se lleva a cabo con máquinas barredoras, que constan de un chasis motorizado equipado con cepillos, transportadores, rociadores y depósitos. El baldeo o lavado mecánico se realiza con la ayuda de máquinas compuestas por depósitos de agua montados sobre un bastidor motorizado provisto de una bomba y una boquilla para dar presión y dirigir el chorro de agua contra la superficie a limpiar.
Con esta perspectiva, se van a describir de una manera general los distintos riesgos que afectan a los trabajadores del sector.
Riesgos de la actividad
Desde el punto de vista de la seguridad, los riesgos más importantes a los que se encuentran expuestos los trabajadores son los atropellos y accidentes de tráfico, ya que pueden tener consecuencias muy graves o mortales, y suelen estar causados por el camión de la basura, por los vehículos de apoyo a la limpieza o por los propios del tráfico urbano.
Tal y como muestra la tabla 1, otro riesgo de gran relevancia para el trabajador es el de las caídas (615 accidentes en el año 2014), que se producen fundamentalmente en los bordillos, al subir o bajar de un vehículo o al pisar restos, desperdicios o resbalar en zonas húmedas.
Además, durante los trabajos de limpieza vial, es común que los operarios se encuentren sometidos a golpes, proyección de partículas y cortes o pinchazos. Tienen lugar a la hora de vaciar las papeleras, limpiar, barrer o recoger las basuras, cubos, contenedores, muebles y enseres, y son debidos a que se trabaja con una gran diversidad de herramientas y equipos de trabajo, por lugares con presencia de muchos y muy diversos residuos, restos metálicos, vidrios y objetos punzantes. Los atrapamientos producidos por las partes móviles de los equipos de trabajo y máquinas son también habituales y pueden tener consecuencias traumáticas importantes, como aplastamiento de miembros o amputaciones.
Los riesgos más importantes a los que se encuentran expuestos los trabajadores son los atropellos y accidentes de tráfico
Las tareas de limpieza requieren una alta demanda física. Por ejemplo, la tarea de barrido manual mal diseñada implica, entre otros, la adopción de posturas inadecuadas, movimientos repetitivos durante largos periodos de tiempo, torsión de la espalda y de la muñeca, rotaciones de hombros y la aplicación de fuerza elevada. Si a estos factores se les añaden otros como humedad ambiental, temperaturas frías y/o exposición a vibraciones procedentes de algunos equipos, la probabilidad de producirse trastornos musculoesqueléticos aumenta.
Se añade a estos aspectos que la mayoría de los puestos de trabajo requieren una manipulación manual de cargas. Se observa en la tabla 1 que los sobreesfuerzos son la principal causa de accidentes con baja en el sector (2.206 accidentes en el año 2014). En ocasiones, la problemática se agrava si, a esta manipulación, se le suman otros factores de riesgo como la adopción de posturas incorrectas y movimientos rápidos debido a un apremio de tiempo. Es el caso de la recogida de basura con camiones.
Por otro lado, los trabajadores se encuentran expuestos a niveles elevados de ruido producido por los vehículos, la maquinaria y los equipos de trabajo empleados para la limpieza vial, a lo que hay que sumar el generado por el tráfico rodado, principalmente cuando es intenso. Los vehículos también son fuente de vibraciones de cuerpo entero, al igual que el empleo de sopladoras de mochila, dado que el motor se apoya sobre la espalda del trabajador. Además, el uso de mangueras a alta presión para el baldeo, de la sopladora o de la máquina de chorro de arena para la limpieza de fachadas puede suponer un riesgo de exposición a vibraciones mano-brazo.
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