En la implantación de una nueva turbina de generación con vapor o bien en la puesta en marcha de instalaciones ya existentes después de un periodo de parada por mantenimiento, es necesario planificar la limpieza, de forma previa al arranque de la instalación, de las tuberías que conforman los circuitos y evitar con ello daños en la turbina y un posterior mal funcionamiento de la planta de producción de energía.
Para realizar esta operativa de limpieza se realiza un soplado con vapor a alta presión y temperatura, inyectando caudales a altas velocidades de forma intermitente, con objeto de desprender del interior de las conducciones del circuito de vapor/agua, las micropartículas de óxidos metálicos, pinturas o grasas, entre otros, que pudieran estar adheridas a las superficies interiores de los conductos.
Es un procedimiento complejo en el que hay que controlar múltiples variables operativas, establecer un diseño adecuado de las estructuras temporales y que debe ser planificado de forma adecuada, para evitar riesgos a las personas y al medio ambiente.
Diseño
Uno de los aspectos críticos a considerar es el diseño ingenieril de las tuberías temporales instaladas para la conducción del vapor, ya que deberán estar diseñadas para poder trabajar en unas condiciones de presión que incluyan un margen de seguridad respecto a la presión a la cual se las va a someter durante el soplado. Los cálculos han de ser tales que impidan daños o roturas de algún elemento estructural y que se produzca con ello una liberación intempestiva de vapor a alta presión y temperatura. Este hecho sería especialmente crítico si las fugas de vapor se registrasen en salas o recintos interiores. Por ello, es fundamental asegurar una elección de materiales adecuada así como establecer un correcto ensamblado de las piezas del conjunto.
Es fundamental asegurar una elección de materiales adecuada así como establecer un correcto ensamblado de las piezas del conjunto
Además, hay que establecer una monitorización continua de los soplados de vapor. Para todos ellos se requiere la siguiente información: presión y temperatura del vapor a la entrada de cada sección que se sopla y los flujos másicos de vapor circulante. Esta información deberá estar siempre disponible en la instrumentación local de la planta o bien en el DCS. Adicionalmente, se instala para cada secuencia de soplado la siguiente instrumentación en las tuberías temporales: medidor de presión e insertador neumático de testigos. Este último nos va indicando el arrastre de partículas de cada secuencia y con ello la calidad del proceso de limpieza.
Evaluación de los riesgos
En la evaluación específica de los riesgos para los trabajadores, se han identificado como principales a considerar durante la ejecución de este procedimiento operativo los descritos a continuación:
- Quemaduras. Para eliminar el riesgo de quemaduras por contacto con superficies calientes, el sistema de tuberías temporales debe estar cubierto con aislamiento. Igualmente, todas las líneas del circuito permanente con altas temperaturas también estarán calorifugadas. Todos los materiales combustibles e inflamables que pudieran existir en la zona han de ser retirados. El riesgo de quemadura también está presente por posible contacto directo con vapor. Por ello, hay que fijar un acceso seguro a las válvulas de drenaje y a cualquier otro tipo de válvula que se requiera actuar durante el soplado. La consignación de las válvulas ha de seguir el procedimiento de bloqueo y consignación implantado en la organización.
- Ruido. La protección auditiva es obligatoria en el área de trabajo durante el soplado con vapor ya que, el nivel sonoro es especialmente elevado en los puntos de descarga, donde se producirá el ruido resultante de la gran velocidad del vapor soplado. Los niveles sonoros por encima de los 80 dB son habituales en este tipo de operaciones.
- Proyecciones. Se identifica el riesgo de proyecciones por gotas de agua a presión y de pequeñas partículas procedentes del arrastre, especialmente en el área de las tuberías de descarga. La protección ocular se establece como obligatoria.
Medidas preventivas y organizativas
Adicionalmente, las siguientes medidas preventivas y organizativas son desplegadas durante la operación:
Comunicaciones. Todo el personal implicado en la operación tendrá comunicación con la sala de control durante las secuencias de soplado con vapor. De esta forma, cualquier situación anómala que pudiese generar un incidente, podrá ser rápidamente divulgada a toda la sección.
Balizado y señalización. Las zonas de actuación son balizadas en un perímetro de aproximadamente 12 metros y se instalarán carteles indicativos con los pictogramas del riesgo de contactos térmicos y de exposición al ruido, además del pictograma de prohibido el acceso al personal no autorizado.
Los procedimientos de limpieza por soplado con vapor a alta presión constituyen una actividad que, por los riesgos que conlleva, ha de ser previamente planificada
Evacuación del área. Durante la operación de soplado se evacuará la zona de trabajo, restringiéndose al máximo el personal presente en la operación.
Supervisión. Antes de empezar la secuencia, personal especializado adecuadamente formado, supervisará el montaje final del sistema verificando el estado del mismo para dar su conformidad.
Estándar de seguridad
Dado que las secuencias de soplado pueden ser repetidas durante varias jornadas hasta alcanzar el nivel de limpieza deseado es muy importante el mantener el estándar de seguridad diseñado e implantado desde el primer día de operación hasta la finalización completa de los trabajos. El objetivo es evitar que las capas de seguridad sean debilitadas en las sucesivas jornadas operativas.
El soplado de vapor puede producir también un impacto medioambiental debido a dos aspectos concretos: los niveles de ruido generados durante la realización del mismo, denominado impacto de ruido ambiental y el penacho de vapor en su salida a la atmósfera, denominado impacto visual. Ambos aspectos han de ser considerados y controlados estableciendo medidas técnicas y organizativas para minimizarlos. Consideraciones tales como, las franjas horarias elegidas para la ejecución de los trabajos y las condiciones meteorológicas existentes son dos variables a analizar por el equipo planificador en la toma de decisiones.
En conclusión, los procedimientos de limpieza por soplado con vapor a alta presión constituyen una actividad que, por los riesgos inherentes que conlleva, ha de ser previamente planificada y evaluada de forma rigurosa por personal especializado.