En los entornos altamente industriales, son muy diversas las problemáticas que se presentan con respecto a los riesgos laborales asociados al ambiente de trabajo en relación a la calidad del aire y a la protección de los trabajadores del contacto con sustancias nocivas, tóxicas o cancerígenas.
En la industria cerámica es especialmente importante mantener un bajo nivel de polvo en las instalaciones que protejan la calidad del aire en el ambiente, eviten acumulaciones en maquinaria y en el producto terminado.
El componente principal de ese polvo es la sílice, que es el segundo mayor elemento en abundancia de la corteza terrestre y es un componente presente en muchas materias primas utilizadas en la industria cerámica.
La medida sobre la protección de los trabajadores contra los riesgos relacionados con la exposición a agentes carcinógenos o mutágenos durante el trabajo ha sido recientemente aprobada en España mediante Real Decreto 1154/2020.
La sílice cristalina en su fracción respirable ha sido considerada desde hace muchos años como un elemento cancerígeno por inhalación y causante de enfermedades respiratorias incurables como la silicosis.
Según el ‘Resumen Ejecutivo de Ocupación, Actividad Económica y Mortalidad por Cáncer en España’, de acuerdo con las declaraciones de la comisaria de Empleo, Asuntos Sociales, Capacidades y Movilidad Laboral de la Comisión Europea, Marianne Thyssen, “el cáncer de etiología profesional representa el 53% de muertes debidas a la exposición a riegos en el lugar de trabajo”.
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