Fábricas, maquinaria pesada, almacenaje, transporte… Aunque la industria cerámica ha mantenido siempre unos bajos índices de siniestralidad, se aspira a un escenario “cero accidentes” en el que la prevención se torna fundamental.
Las empresas del sector de la cerámica estructural emplean alrededor de 4.000 trabajadores en toda España (según los últimos datos publicados, correspondientes al año 2019). En los últimos años, se han aplicado “safety programs” (programas de seguridad) para reforzar sus estrategias y afrontar sus compromisos de Responsabilidad Social Corporativa en lo relativo a seguridad y salud en el trabajo.
Desde planes de formación a directivos y empleados, creación de estándares y protocolos, innovación en maquinaria y procedimientos cada vez más seguros y campañas de concienciación, la industria cerámica ha ido incrementando sus esfuerzos.
Formación
“La formación ha sido, es y será un pilar fundamental para la prevención de riesgos laborales”, asegura la secretaria general de la Asociación de Fabricantes de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida, Hispalyt, Elena Santiago. “A lo largo de los últimos años, nuestros asociados han apostado por la concienciación de sus trabajadores para evitar accidentes en sus puestos de trabajo”, afirma.
Así, en los últimos tres años se han realizado 144 cursos de formación en Prevención de Riesgos Laborales, en los que 1.657 personas han sido formadas en cursos presenciales de una duración entre 4 y 6 horas, según datos del Centro Tecnológico del Mármol (entidad con la que la industria cerámica colabora para la impartición de dichos cursos).
Y es que los expertos en Seguridad y Salud Laboral estiman que un altísimo porcentaje de accidentes laborales se debe a los vital behaviors (comportamientos humanos) que se producen en un momento de relajación de las medidas de seguridad establecidas por la compañía.
Para Elena Santiago es vital “no bajar nunca la guardia. Igual que pasa con los accidentes de tráfico que muchas veces ocurren en desplazamientos cortos y por vías conocidas y muy transitadas, en nuestra industria la repetición de tareas puede jugar en contra de la atención necesaria en las líneas de fabricación. Reforzar, con campañas de concienciación, los procedimientos y estándares de seguridad es fundamental”.
Hispalyt también ha apoyado esta lucha contra los accidentes laborales con diversas iniciativas que han venido a reforzar los planes y estrategias de sus laborales. En este sentido, la edición y publicación de la “Guía de Prevención de Riesgos Laborales en el Sector de Fabricación de Ladrillos y Tejas de Arcilla Cocida” para el sector cerámico ha sido una de las principales acciones puestas en marcha desde el seno de la asociación.
La Guía se lanzó de la mano de los sindicatos CCOO y UGT, y supone una herramienta fundamental para la seguridad en el trabajo. En ella se recoge una evaluación de los riesgos laborales existentes en cada fase del proceso productivo, y se propone una batería de medidas preventivas para evitarlos, entre las que se incluye el uso de los equipos de protección individual adecuados para cada actividad. ”.
Adecuación a la normativa
Otro reto al que se enfrenta el sector en particular, es la adecuación a la normativa frente al riesgo por exposición a Sílice Cristalina (SCR). Según datos del Instituto Nacional de Silicosis (INS), la incidencia del polvo respirable y la SCR en forma de silicosis u otras neumoconiosis tiene una incidencia del 0,006% en el sector de la cerámica y los refractarios (al no estar esta información desagregada para nuestro sector), abarcando los casos identificados en los últimos 10 años. Pese a la casi despreciable incidencia, el sector mantiene un esfuerzo de vigilancia, formación e información para la preservación de la salud de los trabajadores y así continuar a la cabeza de la protección de estos derechos.
Y aunque, cuando se habla de siniestralidad laboral, automáticamente se piensa en accidentes de diversa gravedad, hoy en día la Salud y Seguridad Laboral también está fuertemente condicionada por la COVID-19.
Fruto de esta preocupación por la salud de los trabajadores del sector cerámico, Hispalyt, la Federación de Industria, Construcción y Agro (UGT-FICA) y CC.OO.-Construcción y Servicios, acordaron un Protocolo de Seguridad en el Trabajo frente al COVID-19 para el sector ladrillos y tejas, que tiene como objetivo organizar adecuadamente la protección de la salud de los trabajadores y reducir la propagación del virus.
El Protocolo se basa, entre otros documentos, en la Guía de “Buenas prácticas en los centros de trabajo. Medidas para la prevención de contagios del COVID-19”, elaborada por el Ministerio de Sanidad.
“Desde Hispalyt, y a lo largo de todo este año de pandemia, hemos considerado esencial el mantenimiento de la actividad económica pero siempre que pueda realizarse garantizando la máxima seguridad de los trabajadores para proteger su salud y frenar la expansión del virus”, mantiene la Secretaria General de la Asociación.
Exposición al COVID-19
Los trabajadores del sector cerámico se encuentran en un escenario de baja probabilidad de exposición al COVID-19, teniendo en cuenta la naturaleza de las actividades desarrolladas, las medidas de protección colectiva adoptadas, y la muy baja densidad de personas trabajadoras por m2 en los centros de trabajo, tal y como figura en el Criterio Operativo nº 102/2020 de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
El protocolo incluye medidas para la organización de la actividad de tal forma que se aumente el distanciamiento social de los trabajadores con un acceso escalonado, turnos para el uso de vestuarios y zonas de descanso, la implantación del teletrabajo si es posible y la limitación de las reuniones y visitas presenciales, entre otras.
Cartelería y señalización sobre recomendaciones higiénicas e intensificación de equipos e instalaciones completan las medidas adoptadas. “Es muy importante elegir y utilizar los EPIs adecuados”, añade Elena Santiago, “pero también seguir todas las medidas de higiene y protección y extremar la precaución con mucha constancia y sentido común”, concluye.
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