El sector de la lucha contra los incendios forestales ha venido realizando una tarea esencial para la ciudadanía desde hace muchos años. Una labor importantísima y poco reconocida, no exenta de riesgos laborales de cierta gravedad (con un nivel de riesgo alto a muy alto) que requieren de evaluaciones específicas, con sus medidas preventivas correspondientes, en función de las distintas actividades y puestos de trabajo.
De por sí, es una actividad en la que no solamente se generan los riesgos propios de la tarea, sino que además el medio físico donde se realiza, la maquinaria utilizada (sierras de cadena, maquinaria pesada, medios aéreos…) y los riesgos propios de un incendio, hacen un caldo de cultivo idóneo para que ocurran accidentes. También hay que sumarle el trabajo en equipo y las características individuales de cada persona integrante de los mismos (ver foto 1).
Desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales, siempre deberíamos optar por la protección colectiva frente a la individual (artículo 15 de la Ley 31/1995), cosa que en este sector es complicada ya que estos trabajadores son el eslabón inmediato entre el fuego y el monte y, a priori, en esta situación, solo se puede recurrir a medidas de protección individuales.
Desde el punto de vista de la prevención de riesgos laborales, siempre deberíamos optar por la protección colectiva frente a la individual, cosa que en este sector es complicada
¿Podríamos considerar como medidas de protección colectiva los protocolos de seguridad? Si bien no son medidas de prevención de riesgos como tal, sí que pueden evitar o restar gravedad en caso de accidente –por ejemplo, medidas ampliamente asumidas por el colectivo como el protocolo OACEL, las normas básicas de combate contra incendios forestales y situaciones de peligro– (1).
Se puede tener en cuenta la selección del personal como primera medida de prevención de riesgos y accidentes, mediante una serie de pruebas que aseguran una capacidad física adecuada para las tareas de prevención y extinción de incendios. No parece una idea desacertada, visto que el 38% de los accidentes mortales del personal en incendios forestales ocurrieron por causas sobrevenidas (2).
Para aumentar esta prevención laboral, es fundamental la automatización de tareas y procedimientos de trabajo, mediante instrucciones, formación de protocolos y entrenamiento de los mismos. Se pueden encontrar procedimientos operativos sobre usos y seguridad con helicópteros (Procedimiento operativo para brigadas helitrasportadas en Ecureuil B3 y PZL Sokol. Baleares, Institut Balear de la Natura), así como distintos manuales de utilización de maquinaria forestal en los trabajos de prevención de incendios (motosierras, desbrozadoras, maquinas trituradoras, tractores, camiones…), y procedimientos de trabajo seguro en el sector forestal.
En la actualidad se está instaurando en varias comunidades autónomas la formación y prácticas en tareas de autoprotección en caso de atrapamiento (una de las causas de accidentes con muerte en el sector 39,72%)(3). (Ver foto 2 y 2 bis).
En cuanto a la prevención de riesgos laborales de manera estricta, se pueden encontrar documentos donde están ampliamente identificados los riesgos y medidas preventivas a tener en cuenta para gran número de tareas de esta profesión. Aun así no es suficiente, ya que estos trabajadores pueden llegar a actuar en situaciones no previstas que generen una serie de riesgos no identificados, como por ejemplo, recogida de animales muertos o incendios en interfaz urbano-forestal, donde podemos encontrar combustibles de distinta naturaleza a los que no estamos acostumbrados que pueden generar distintos riesgos (vehículos, depósitos de combustibles, plásticos, etc.).
Dado que el sector de incendios forestales no dispone de una normativa específica relativa a prevención de riesgos laborales, este sector está regulado por la Ley de Prevención de Riesgos laborales 31/1995, y por el amplio abanico de reglamentos que complementan y desarrollan dicha ley. Es básico por tanto realizar las evaluaciones de riesgos propias y específicas de cada tarea que se realiza en el trabajo de prevención y extinción de incendios forestales.
No hay que olvidarse también de las evaluaciones de los equipos de trabajo propios de la actividad forestal y de incendios. Es por ello que cada máquina debe estar evaluada de acuerdo con el R.D. 1215/1997 de Equipos de Trabajo, prestando especial atención a aquellos que por su antigüedad carecen de marcado CE, con lo que se hace necesaria una adecuación (Certificado de Adecuación al R.D.1215/1997) de dichos equipos, a través del propio fabricante (si aún existe), por parte de un Ingeniero o una O.C.A. (Organismo de Control Autorizado) (Ver foto 3).
En general, las tareas del sector son:
- Tala, podas y procesado de árboles.
- Desbroce con herramientas manuales y mecánicas.
- Empleo de maquinaria pesada.
- Plantación y repoblaciones.
- Quemas y eliminación de residuos.
- Manipulación de productos químicos, fitocidas, plaguicidas, etc.
- Vigilancia de incendios (puestos de vigilancia)
- Transporte de personal.
- Extinción de incendios forestales.
- Trabajos con autobombas, tendidos de manguera, etc.
- Helitransporte.
- Empleo de retardantes.
Especial atención merecen las tareas de vigilancia de incendios (por el aislamiento que conlleva), el helitransporte, la conducción de vehículos y el empleo de retardantes (operador de base de aviones) siendo esta última de la que queremos destacar las siguientes consideraciones (ver foto 4):
Tiene como riesgos principales el empleo de productos químicos (incluidos combustibles), el uso de maquinaria (bombas y motobombas) y además el ruido producido por éstas y los aviones. Por ello, es imprescindible que este trabajador tenga la formación básica en PRL y en manipulación de productos químicos, donde se tenga en cuenta la ficha de datos de seguridad química de los productos utilizados. Además, el uso de protector auditivo es imprescindible para trabajos en el momento de la carga.
Dado el nivel de ruido y para poder establecer comunicación con el piloto en el momento de la misma, es fundamental el conocimiento y uso de las señales manuales básicas con medios aéreos (4).
Todos los EPIs deberán ir sujetos (barbuquejo, cinta para las gafas, etc.) de tal manera que no haya elementos libres por la zona aérea que puedan ser afectados por las corrientes de aire de la turbina del avión.
Es imprescindible que el trabajador tenga formación básica en PRL y en manipulación de productos químicos
En conclusión, el gran número de tareas con alta potencialidad de accidente que realiza el sector de trabajadores en prevención y extinción de incendios forestales hace necesaria una mayor conciencia preventiva por parte de todos (trabajadores y empresarios), así como un mayor reconocimiento de estos profesionales a nivel institucional (categoría propia, reconocimiento de enfermedades profesionales, etc.) que hagan más segura esta profesión.
NOTAS
(1) Fuente Ministerio de Medio Ambiente (http://www.magrama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/incendios-forestales/seguridad/normas_protocolos_seguridad.aspx)
(2) Fuente: Análisis de los riesgos en la prevención y extinción de incendios en el sector agrario, grupo de trabajo: sector agrario 2009.
(3) Fuente Ministerio de Medio Ambiente, fallecidos en Incendios Forestales en España 1991. (http://www.magrama.gob.es/es/desarrollo-rural/temas/politica-forestal/web_seguridad_tcm7-336255.pdf)
(4) Interagency Helicopter Operations Guide (IHOG). NFES 1885. OACI.
Bibliografía
De María Angulo, A., Novo Lombao, A. Prevención de riesgos en la actividad Forestal. Santiago de Compostela: SILVANUS.
Velázquez Terrón, J.A. Trabajos forestales, motosierras y desbrozadoras. Valladolid: Junta Castilla y León. Consejería Economía y Empleo.
García Gonzalez, J, (2002). Manual para la asistencia técnica en prevención de riesgos laborales en empresas del sector forestal: ASENFO.
“Prevención de Riesgos Laborales” Ciudad Valls, I. Seguridad y Salud en el Trabajo nº71. Marzo 2013.
