En los servicios de emergencias, la seguridad de los bomberos es el valor por el que regimos nuestras actuaciones –y todas nuestras acciones– deben realizarse con la regla no escrita de “no hay rescate sin rescatador”. Es a la hora de diseñar la formación del servicio cuando debemos conjugar y hacer efectiva las sinergias que producen tanto la realización de prácticas y acciones formativas con el valor que nos proporcionan las lecciones aprendidas basadas en las experiencias vividas.
Conocimientos
La formación de los bomberos tiene como objetivo dotarles de los conocimientos, habilidades y actitudes necesarios para desempeñar su labor con eficacia, eficiencia y seguridad. La formación debe abarcar tanto aspectos teóricos como prácticos y cubrir las diferentes especialidades y situaciones que pueden encontrarse los bomberos en su día a día.
Contenidos mínimos
La formación de los bomberos en España se rige por el Certificado de Profesionalidad SEAD0111-Extinción de incendios y Salvamento, que establece los contenidos mínimos que deben adquirir los aspirantes a bomberos, así como los requisitos para acceder a él. Este certificado se divide en cuatro módulos: operaciones de salvamento, control y extinción de incendios, fenómenos naturales y antrópicos, y operaciones de ayudas técnicas.
Además del certificado de profesionalidad, los bomberos pueden realizar cursos específicos en sus SPEIS (Servicios de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento) o fuera de ellos para ampliar o actualizar sus competencias en distintas áreas, como intervención con riesgo eléctrico, excarcelación y accidentes de tráfico en vehículos especiales, conducción de vehículos de emergencias, bomberos en operaciones helitransportadas, rescate subacuático para bomberos, ventilación táctica o gestión de incidentes para mandos de emergencias, entre otras.
La base es seguridad, basada en la formación.
Las acciones que realizan los Servicios de Prevención y Extinción de Incendios y Salvamento se producen cuando sucede un evento perturbador o desastre que nos lleva a una ruptura de la estabilidad o normalidad: de una manera inesperada, brusca y repentina se da un cambio, y ante esto, la sociedad, el sujeto o sujetos sufridores del evento demandan una respuesta, hacerle frente de manera activa.
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