Cuando un técnico en prevención de riesgos hace una visita técnica, en determinados sectores -como es en mi caso el sector del comercio especializado detallista de productos pesqueros- asumimos que tendríamos que ver a los trabajadores con determinados EPI (equipo de protección individual). Pero la realidad no es así; la realidad es que vemos a muy pocos operadores utilizando guante de malla.
Ante esto, como técnicos nos tenemos que preguntar varias cosas: ¿por qué si se dispone del EPI no se usa?, ¿se dispone de la talla adecuada?, ¿por qué tienen interiorizado el uso de otros elementos de protección y de este no?, ¿qué ocurre realmente con este equipo de protección?
Lo que nos encontramos en la gran mayoría de las tiendas (por no decir casi todas) es que disponen de guante de malla, pero el problema es que están colgados en un gancho cogiendo polvo.
¿Qué problema hay?
Las empresas ponen a disposición de los trabajadores de todos los equipos de protección, en este caso guantes de malla y botas antideslizantes. Sin embargo, las botas de goma antideslizantes y anticorte sí lo usan con asiduidad. Entonces, ¿qué problema hay con el guante de malla?
Después de hacer varias visitas y preguntar a trabajadores del sector, el principal problema es que han aprendido sin él, y después de años de trabajo sin el guante les resulta muy complicado cambiar su rutina de trabajo. Incluso me han llegado a comentar que les resulta más peligroso realizar su trabajo llevándolo puesto. Lo bueno que podemos sacar de todo esto es que las nuevas generaciones ya aprenden con el puesto.
También me he encontrado casos que se quejan de que con el guante aplastan el pescado menudo y solo lo utilizan para el corte de piezas grandes. Para esto habría solución posible, que es lo que les estoy planteando y les está pareciendo útil ya que, aunque no sea un guantes de malla de acero se puede promover el uso de guantes resistentes a cortes hechos de polietileno HHPE de alta resistencia acreditados en EN388 nivel 5. Aprovechando que muchos trabajadores se han acostumbrado a trabajar con guantes de nitrilo durante la pandemia que hemos vivido, solo tienen que cambiar uno por otro o ponérselo debajo del de nitrilo.
En resumen, hay que seguir trabajando porque es un sector muy envejecido con una edad media entre los 48 y 58 años, y con las nuevas generaciones intentamos que no adquieran los malos hábitos de las generaciones anteriores. Debemos seguir insistiendo en la obligatoriedad por parte de las empresas de que sus trabajadores utilicen los equipos de protección facilitados y con los trabajadores tenemos que seguir sensibilizando y formando en su uso.
