A diario, miles se exponen al calor y las llamas en el trabajo. En 2022, España registró 6.020 accidentes laborales relacionados con estos riesgos, 72 graves y 13 fatales, afectando a personas de sectores como la metalurgia, la cerámica, el vidrio y varias áreas de la industria metalúrgica, como las forjas. Estos accidentes involucran exposición a la llama o al calor de contacto, convectivo o radiante o metal fundido.
Cuando no es posible proteger a los trabajadores de estos riesgos mediante otros medios, el uso deropa de protección contra el calor y las llamas se convierte en una medida preventiva efectiva para evitar accidentes graves. Además, es importante destacar que, en muchos casos, la protección no se limita solo a la ropa, sino que también puede requerirse equipo de protección para la cabeza, cara, cuello, manos y pies.
En este artículo, abordaremos de manera concisa los conceptos fundamentales que deben considerarse al seleccionar prendas de protección contra el calor y las llamas. Sin embargo, es importante señalar que no trataremos la protección necesaria en situaciones extremas, como las asociadas con la extinción de incendios.
Tipos de protección
La elección de la ropa de protección adecuada depende en gran medida de los riesgos específicos a los que se enfrenta el trabajador. Disponemos de prendas conformes a distintas normas, lo cual permitirá dar una respuesta más adecuada al riesgo.
- Contactos breves y ocasionales con llamas pequeñas. En estas situaciones, la norma EN ISO 14116:2015 define tres niveles de prestación según la capacidad de la prenda de limitar la propagación la llama que se aplica al tejido durante los ensayos de laboratorio:
- Índice 1. Se limita la propagación de la llama, sin que se desprendan residuos o haya incandescencia superior a 2 segundos. Puede formarse agujero.
- Índice 2. Aparte las características del índice 1, no se permite la formación de agujero.
- Índice 3. Además de los requisitos del índice 2, cualquier post-combustión no excederá los 2 segundos.
- Calor y llama. Cuando además de contacto con una llama, hay exposición al calor o metal fundido, las prendas conforme a las normas EN ISO 11612:2015 o EN ISO 11611:2015 pueden resultar adecuadas. Estas normas definen diferentes niveles de protección según el tipo y nivel de riesgo:
- Protección contra la llama. En ambas normas, se requiere que el material que compone la prenda tenga un índice 3 en propagación de la llama, distinguiéndose dos grados de protección dependiendo de cómo se aplique la llama al tejido: A1, la llama se aplica perpendicular sobre el centro del; y A2, la llama se aplica al borde inferior del tejido.
- Protección contra calor y salpicaduras. La EN ISO 11611:2015 está diseñada para las prendas de protección en soldeo y sus riesgos asociados: pequeñas salpicaduras de metal fundido, contactos breves con la llama y calor radiante. Para exposiciones a la llama y al menos a uno de los tipos de calor vistos anteriormente o salpicaduras de metal fundido, la norma EN ISO 11612:2015 define requisitos para prendas que pueden ser más idóneas.
Diferentes niveles
Dependiendo del tipo de calor, o metal fundido y nivel de riesgo, habrá distintas opciones relacionadas con distintos niveles de prestación:
- B: Resistencia al calor convectivo, niveles de 1 a 3.
- C: Resistencia al calor radiante, niveles de 1 a 4.
- D: Resistencia a salpicaduras de aluminio fundido, niveles de 1 a 3.
- E: Resistencia a salpicaduras de hierro fundido, niveles de 1 a 3.
- F: Resistencia al calor por contacto, niveles de 1 a 3.
En zonas ATEX, se podría considerar las propiedades anti estáticas de las prendas, para evitar deflagraciones
Lavado y mantenimiento
El lavado y mantenimiento adecuados de la ropa de protección contra el calor y las llamas son fundamentales para garantizar su efectividad y durabilidad.
Es imprescindible seguir las indicaciones del fabricante en cuanto a las condiciones de lavado y el número de ciclos de lavado. La alteración de las condiciones de lavado o exceder el número de ciclos de lavado para los que la prenda está certificada, comprometerá la protección.
Por otro lado, la propagación limitada de la llama puede alcanzarse con tejidos inherentemente retardantes o con tejidos (generalmente de algodón) a los que se aplica un tratamiento superficial. En este último caso, será necesario establecer un procedimiento que asegure la reaplicación con la periodicidad indicada por el fabricante, generalmente, cada cierto número de ciclos de lavado.
Conclusiones
En resumen, la protección contra el calor y las llamas es esencial en muchos entornos laborales para prevenir accidentes graves. La elección de la ropa adecuada y el cumplimiento de las pautas de mantenimiento son aspectos cruciales para garantizar la seguridad de los trabajadores que enfrentan estos riesgos diariamente