La función elemental de cualquier equipo de protección individual (EPI) que vaya a utilizar una persona para protegerse de uno o más riesgos que amenacen su salud y seguridad es la de actuar como una suerte de escudo o barrera entre estos riesgos y su salud y seguridad. Por su parte, la evolución de la ciencia y la tecnología de los materiales, junto con un mercado que cada vez demanda equipos con más funcionalidades, nos hace asistir a un incremento de la oferta de EPI, y más concretamente, vestuario de protección, que ofrece prestaciones mejoradas a la persona que los lleva.
Desde el comienzo de la primera década de este siglo XXI hemos asistido a una irrupción de prendas que ofrecen algún tipo de funcionalidad adicional de cobertura de distintas partes del cuerpo y que interacciona con la persona que la lleva, ofreciéndole alguna prestación adicional. En este artículo, pretendemos hacer una revisión de los ejemplos de EPI inteligentes así como de las consideraciones que tendremos que tener presentes a la hora de tomar la decisión de seleccionar alguno de estos equipos.
Los EPI inteligentes son ya una realidad en el mercado
La mayor funcionalidad o mejores niveles de protección de los EPI inteligentes se materializa en nuevos tipos de equipos que vamos observando poco a poco en las ferias de muestras. Paulatinamente vamos viendo prendas de protección que incorporan elementos de fibra óptica en los tejidos que, conectados a una fuente luminosa, incrementan la visibilidad del usuario frente a terceros sin necesidad de la existencia de fuentes de iluminación externas.
Existen otros tipos de EPI que pueden ser de utilidad en situaciones de peligro, como las que se dan en la extinción de un incendio. Así, EPI equipados con sensores pueden recopilar datos relativos a la salud de la persona que los lleva, su posición exacta, informar sobre una caída, etc.
Sin duda, todas estas funcionalidades aumentadas redundarán en la mejora de la experiencia de uso y/o en la seguridad de las personas que lleven estos equipos. Sin embargo, debemos recordar siempre que la razón de ser de un EPI es y será siempre la de ofrecer protección frente a una serie de riesgos específicos, al tiempo que se garantiza que el las personas podrán usar el equipo sin que haya amenazas para su salud y seguridad.
La evaluación de la aptitud de un EPI para estar en el mercado, se ha hecho siempre sometiendo al equipo a los ensayos contenidos en las normas, con el fin de verificar que se cumplen con los requisitos de seguridad del Reglamento (UE) 2016/425. Sin embargo, la inmensa mayoría de las normas, armonizadas o no, no contienen procedimientos específicos que permitan guiar la evaluación de un EPI que incorpore elementos inteligentes, por lo que la tarea de evaluación adquiere un punto adicional de complejidad.
Por ello, y al mismo tiempo que se desarrollan estos nuevos equipos -que irán aumentando su presencia en el mercado- ya existen desarrollos normativos que permitirán evaluar que las funcionalidades que permiten estos elementos inteligentes incorporados a los EPI no interfieran con la función primaria de un equipo de protección individual: proteger, sin poner en entredicho la salud y seguridad de la persona que lo lleva.
Prendas de protección contra calor y llamas con elementos inteligentes
La primera de las normas que se han desarrollado para ayudar a evaluar la seguridad de un tipo determinado de EPI que incorpora elementos inteligentes es la EN 17673:2022 sobre ropa de protección contra el calor y las llamas que incorpora elementos textiles y no textiles inteligentes integrados.
Esta norma, publicada por CEN durante el mes de agosto de 2022, establece que las prendas de protección contra el calor y las llamas que incorporan elementos inteligentes deberán someterse, en todo caso, a los ensayos de la EN ISO 11612, sin que la presencia de los elementos textiles inteligentes integrados y elementos no textiles interfieran en las capacidades de protección de las prendas o supongan un riesgo para el usuario al ser sometidos a ensayos que se recogen en la norma. Así, este tipo de prendas deberán superar una serie de requisitos de seguridad térmica, eléctrica, a la humedad, vibraciones y de seguridad electromagnética
Las prendas con textiles inteligentes integrados y elementos no textiles se marcarán conforme a lo establecido en las normas EN ISO 13688, EN ISO 11612 e incorporarán la palabra «SMART» escrita debajo del símbolo de protección contra el calor y las llamas.