Las zonas ATEX son áreas donde existe riesgo de atmósfera explosiva debido a la presencia de sustancias inflamables como gases, vapores, líquidos o polvos combustibles. Estas zonas se dividen en tres categorías principales, cada una con sus propios requisitos de seguridad y protección.
Zona 0, atmósfera explosiva presente de forma continua o durante largos periodos de tiempo.
Zona 1, atmósfera explosiva probable durante el funcionamiento normal.
Zona 2, atmósfera explosiva poco probable, pero que puede representarse durante un periodo de corta duración.
Para garantizar la seguridad en estas áreas, es fundamental implementar medidas de protección adecuadas. Esto puede incluir el uso de equipos eléctricos y mecánicos diseñados específicamente para resistir la ignición, así como la implementación de sistemas de ventilación y monitoreo de gases. Además, es crucial capacitar adecuadamente al personal sobre los riesgos asociados con las zonas ATEX y las medidas de seguridad apropiadas.
En lo que se refiere a vestuario de protección, este debe de tener en su superficie exterior, recubrimiento antiestático de acuerdo a la EN-1149-1, que atrae la humedad del aire, produciendo una fina capa de sal conductora en la superficie de la ropa. El revestimiento de la superficie crea un efecto de conducción homogéneo, es decir, cualquier carga generada localmente -como, por ejemplo, la fricción- se descarga rápidamente a la zona circundante sin carga o a tierra si la resistencia a tierra es suficientemente baja o se dispone de soluciones disipativas integradas.
Los tiempos de conducción son más cortos cuanto menor es la resistencia superficial.
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