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Gilles San Pedro Sales Manager Cotral Iberia

¿Por qué es importante protegerse del ruido a partir de 80 dB?

El ruido es un factor ambiental omnipresente que puede tener consecuencias significativas en la salud auditiva y general de las personas. Aunque las normativas de protección auditiva suelen establecer la obligación de tomar medidas a partir de los 85 decibelios (dB), existen razones sólidas para considerar la protección a partir de niveles de ruido más bajos, específicamente a partir de 80 dB. Este enfoque preventivo es crucial para minimizar los riesgos a largo plazo asociados con la exposición al ruido.

La exposición prolongada a niveles de ruido de 80 dB, aunque inferior al umbral de 85 dB, puede todavía resultar perjudicial. Estudios han demostrado que la exposición continua a sonidos por encima de los 80 dB puede causar daños auditivos con el tiempo. Este nivel de ruido puede provocar pérdida auditiva temporal, que con la exposición repetida puede convertirse en permanente. Además, la exposición al ruido en este rango puede contribuir a problemas de salud como el tinnitus, que es una condición caracterizada por un zumbido constante en los oídos. Puede tener efectos negativos en el bienestar general de una persona, causar estrés, aumentar la presión arterial y contribuir a trastornos del sueño. La exposición al ruido también se ha relacionado con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, subrayando la importancia de tomar medidas preventivas incluso a niveles de ruido moderados.

Adoptar  medidas de protección auditiva a partir de 80 dB representa una estrategia proactiva para evitar daños auditivos y otros problemas de salud. El uso de protectores auditivos puede reducir significativamente la exposición al ruido y prevenir los efectos negativos. Además, estas medidas son sencillas y accesibles, ofreciendo una barrera efectiva sin requerir cambios significativos en el entorno laboral o personal.

Promover la protección auditiva desde los 80 dB también fomenta una cultura de prevención y cuidado de la salud auditiva. Concienciar a las personas sobre los riesgos del ruido y la importancia de protegerse, incluso cuando el ruido no alcanza el umbral legal, puede contribuir a una mejor salud a largo plazo. Además, esta práctica puede servir como modelo para otros entornos, como escuelas y hogares, donde la exposición al ruido también puede ser problemática.

En conclusión, protegerse del ruido a partir de 80 dB es una decisión prudente y beneficiosa. Aunque la obligación legal comienza a los 85 dB, los riesgos asociados con niveles ligeramente inferiores justifican la adopción de medidas preventivas. Priorizar la salud auditiva y general, fomentar la conciencia y adoptar una actitud preventiva son pasos esenciales para protegernos del impacto negativo del ruido en nuestra vida cotidiana.